

Eliminación mundial de un Atlético corto
Los rojiblancos ganan al Botafogo con un gol de Griezmann al final, pero no logran los tres tantos de ventaja que necesitaban para deshacer a su favor el triple empate a seis puntos con los brasileños y el PSG


No pudo el Atlético concretar la gesta de ganar al atractivo Botafogo por tres goles de ventaja y se despidió del Mundial de Clubes, una competición en la que dirigencia, cuerpo técnico y jugadores habían puesto mucho foco desde el inicio del curso. Se marcha el Atlético con dos victorias y los mismos puntos que PSG y Botafogo, pero penalizado en el triple empate por los cuatro goles que le endosó el PSG en la primera jornada. De aquellos lodos, estos barros. Sin los dos tantos que encajó ante el campeón de Europa en los últimos diez minutos, el tanto de Griezmann habría dejado a un solo gol el pase a octavos de final y la empresa no se hubiera visto tan complicada desde que se supo que necesitaba un 3-0. El gol llegó demasiado tarde, en el minuto 85. Tuvo alguna ocasión el Atlético para abrir la lata con el tiempo suficiente para construir la remontada, pero no la concretó. Tampoco se lo puso fácil el Botafogo.


Eligió Simeone un centro del campo físico y de llegadores para intentar la gesta. Pulmones, piernas y pegada. La decisión supuso prescindir de Griezmann y renunciar a que este compusiera una tripleta atacante con Sorloth y Julián. Su jugador de cabecera, el mayor talento que pulió desde su llegada al Atlético, no levanta cabeza desde su intrascendencia en los duelos en los que el Atlético se desenganchó de la pelea por los títulos.
La intención de Simeone de que su equipo invadiera el campo contrario y cargara el área con centros laterales se desvaneció a la primera pérdida de De Paul y la primera transición del Botafogo. La segunda, una contra que dejó mano a mano a Savarinho con Oblak tras ganarle la espalda a Le Normand. El esloveno cumplió con el objetivo de evitar un gol que derrumbara a los suyos. Esta fue la señal definitiva de que el Atlético tendría que mascar el partido. Nada de rock and roll, ni fútbol visceral porque el Botafogo protagonizó un arranque de equipo hecho y con colmillo. Ningún colectivo conquista la Libertadores sin saber cómo hay que gastarlas en partidos de mecha corta con tanto en juego. Desactivó el equipo del interesante Renato Paiva el intento de Atlético de meterle metralla a Sorloth con centros laterales con un ejercicio inicial de defensa y contragolpes. Eso que los clásicos bautizaron como equipo-acordeón, encogerse y estirarse bien acompasado.
Se imponían Gregore, Marlon y Allan en el medio e Igor Jesus enseñaba su repertorio como delantero-boya. También lució el Botafogo saber jugar al espacio de memoria. Cada toque limpio y preciso era para avanzar a la carrera y hacer recular a los rojiblancos. Tardó casi diez minutos el Atlético en poner el balón en el área de John. La presencia de Sorloth en el once tenía mucho que ver con la necesidad de un acoso aéreo que produjera remates o segundas jugadas. Fue Gallagher el que tuvo la primera ocasión del Atlético en una jugada de estrategia que le dejó la pelota muerta en el área. El disparo se le fue arriba al inglés.
Creció el equipo de Simeone poco a poco hasta poder culminar el tramo final del primer tiempo con el plan que había diseñado para el inicio. Tras la pausa de hidratación, Sorloth comenzó a poder descolgar balones para la llegada de sus compañeros. Julián Alvarez tuvo el gol en un centro atrás de Marcos Llorente pero su golpeo fue picudo y lo cruzó demasiado. El argentino también fue objeto de un penalti que revisó el VAR y no se decretó porque el colegiado interpretó que Sorloth había desplazado a su marcador antes de matarle la pelota con la cabeza a Julián Alvarez. Una faltita del Nuevo Testamento arbitral si acaso. El argentino también había sido derribado con anterioridad con un contacto tras un recorte que el árbitro de VAR no estimó revisar. Le hubiera venido bien al Atlético para iniciar la gesta irse con un gol de ventaja al descanso de haberse señalado cualquiera de los dos penaltis.
El empate a cero y la necesidad de esos tres goles ya sí empujó a Simeone a probar con Griezmann como acompañante de Sorloth y Julián Alvarez. La épica ya era a contrarreloj. Se instaló el Atlético en campo contrario, pero le costó descubrir rendijas en el bien encastillado Botafogo. Su pareja de centrales, Jair y Alexander ya impactaron contra el PSG y corroboraron sus trazas de defensas autoritarios y contundentes. Sorloth no conectó de pleno un cabezazo a centro de Llorente y a Griezmann le dio en la base del poste un golpeo escorado. Koke, Correa y Lino fueron entrando para intentar la última carga. A campo abierto ya, Oblak tuvo que volar para evitar un zambombazo de Igor Jesus. A Griezmann se le fue por medio palmo un remate de tacón antes de embocar a puerta vacía el único gol del Atlético. Demasiado tarde. Ya solo faltaban seis minutos más la prolongación. No hubo épica.
Grupo B | PT | PJ | PG | PE | PP |
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2
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6 | 3 | 2 | 0 | 1 |
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Grupo B | PT | PJ | PG | PE | PP |
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