Más escollos para Brasil, Francia y Portugal en el Mundial 2026

El Mundial más inflado de la historia acabó con el viejo Grupo de la Muerte. Norteamérica no acogerá el reclamo del morbo que en ediciones históricas aseguraba emociones fuertes y un gigante eliminado en la fase de grupos. Lo más emocionante que reunió el azar en los bombos de Washington fueron pequeños infortunios para Brasil en el Grupo C, Francia en el I, y Portugal en el K. Sería una casualidad catastrófica no verlos clasificados para octavos. Pero ninguno de los favoritos lo tendrá más difícil para asegurar el primer puesto de su grupo. Pequeño detalle: el liderato ayuda a evitar el cruce con otros cabezas de serie.

Ancelotti, Deschamps y Roberto Martínez discreparán. Pero la historia da fe de que el primer Mundial de 48 selecciones produce la fase de grupos más benévola. Es el esquema preconcebido por un reglamento generoso a fuerza de estirar la goma. La FIFA dictamina que se clasifiquen los dos primeros de cada uno de los 12 grupos más los ocho mejores terceros, inciso que convierte los primeros 17 días de competición —del 11 al 27 de junio de 2026— en ocasión turística más que competitiva. La excepción la componen los Grupos C, I, y K.

Brasil, que se clasificó en 5º lugar en la eliminatoria de Sudamérica, el peor resultado de siempre en un proceso de clasificación brasileño, se encontrará con Marruecos, Escocia y Haití en el Grupo C. Restando Haití, selección de un estado fallido, Marruecos y Escocia presentan dos equipos pujantes, bien organizados y servidos por jugadores capaces de abrirle una brecha a cualquiera en escenarios a los que acuden con más adrenalina que presión. El búnker que construyó Walid Regragui ya descarriló a España y Portugal de la última Copa del Mundo. La misma energía favorece a Escocia, movilizada por futbolistas excelentes como Christie, McGinn y McTominay. Si Brasil no muestra más de lo que expuso en eliminatorias, si sigue sin explotar el gran potencial de sus talentos emergentes —Guimaraes, Estevao, Joao Pedro o Martinelli— se asegura tardes difíciles.

A falta de que los playoffs determinen si se suma Bolivia, Surinam o Irak, Francia también se enfrentará a dos selecciones duras en el Grupo I. Primero Noruega, la bola que ningún cabeza de serie quería ver salir del bombo. Presidida por el dúo Haaland- Odegaard, Noruega viene de clasificarse con ocho victorias de ocho y 37 goles del punta del City. No es menos competitiva Senegal. Con un poco de suerte, el actual campeón de África acudirá a Norteamérica con Sadio Mané —lesionado en Qatar— y un ramillete de futbolistas estupendos, la mayoría curtidos en la Premier. Por si los precedentes pesan, Francia no olvida su mayor tragedia futbolística del siglo: Francia, 0, Senegal, 1, en su debut del Mundial 2002.

Portugal en el Grupo K también podría encontrar algún contratiempo. Nadie duda de que estará en dieciseisavos. Solo España puede reunir talentos similares a Vitinha, Neves, Nuno Mendes, Bernardo Silva y Pedro Neto. Con permiso de Uzbekistán, la cuestión es si lograrán imponerse a Colombia, el huracán de Luis Díaz, y al equipo que venga del playoff europeo. Si Italia no falla por tercer Mundial consecutivo, si en marzo se impone a Irlanda del Norte y luego al ganador del Gales-Bosnia, podría darle más problemas de los esperados en la fase de grupos con menos densidad competitiva que se recuerda.