El Villarreal pierde toda esperanza en Dortmund
El equipo de Castellón sufre una goleada (4-0) tras controlar el partido en la primera parte y solo suma un punto en cinco jornadas


El Villarreal perdió en el viejo Westfalenstadion la esperanza de alcanzar los 11 puntos, listón aritmético que en la temporada pasada separó a los clasificados de los eliminados al cabo de la primera fase de la última Champions. El equipo de Castellón sufrió una goleada, encadenó otra jornada de infortunios y sigue sin sumar más que un punto en su quinta participación en el torneo.
El partido acabó con estrépito después de un primer tiempo de escaramuzas. Marcelino lleva meses adiestrando a sus jugadores en el arte de sufrir el dominio rival sin dejarse rematar. El Dortmund consumió los primeros 45 minutos con el balón bajo control pero sin poder generar ni aproximaciones ni disparos. Foyth, Veiga, Gueye y Partey vedaron la zona de remate y su portero permaneció inactivo. Buchanan y Partey tuvieron dos ocasiones de adelantarse después de que Pépé y Comesaña aprovecharan el pasillo a la espalda de Svensson, el carrilero local.
Las llegadas más peligrosas habían llevado la firma del Villarreal y Luis Júnior había hecho una sola parada después de que Adeyemi desbordara a Veiga en una aventura de gambetas y cambios de ritmo, único momento crítico en toda la primera mitad. El partido había consumido el tiempo reglamentario antes del descanso cuando a la salida de un córner Anton le ganó la posición a Partey en el palo más lejano, tocó el balón con la mano, Anselmino prolongó hacia la montonera, y ahí el gigante Guirassy pasó la factura con el 1-0. El mazazo hundió al Villarreal en el vestuario con el peso psicológico que arrastra su accidentada trayectoria en esta Champions.
La arenga de Marcelino lanzó a sus jugadores al ataque. Con muy poco que perder, el Villarreal invadió el campo contrario. El equipo estaba descompensado cuando Julian Brandt se hizo con una pelota como si llevara pegamento en las botas. La galopada del poeta de Bremen, cadenciosa y pesada, provocó una estampida en la defensa visitante. Sereno en medio de la persecución, a Brandt no le molestó que le dieran alcance. Atrajo a sus marcadores y liberó a Adeyemi, su cómplice, que remató a gusto. En la raya, Foyth paró con la mano y el árbitro lo expulsó y decretó el penalti que anotó Guirassy. Al 2-0 le siguió el 3-0 de Adeyeni y el 4-0 de Svensson, síntomas del derrumbe de un equipo desconsolado.
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