Flick, tras sus cortes de manga: “El fútbol es emoción; no iba dirigido a nadie”

Hansi Flick estaba desesperado con el partido. El alemán hacía aspavientos desde la banda. El equipo se precipitaba al empate contra el Girona con un clásico a la vuelta de la esquina. Como medida desesperada, y con Robert Lewandowski y Ferran Torres lesionados, colocó a Ronald Araujo, central, de delantero, de punta, y también de héroe. “Puede jugar en esa posición en determinados momentos. Le pregunté antes de salir si podía jugar ahí, y me dijo que sí. Estoy muy feliz por él”, aseguró Flick. Una posición que no es ajena al central uruguayo: fue delantero centro hasta los 17 años y mantiene su olfato goleador. “Todo el mundo sabe que antes jugaba de delantero. Cuando me preguntó el míster, no dudé. Les dije a mis compañeros que, si entraba, marcaría”, siguió Araujo, feliz. “Se ha quitado la camiseta, ha dicho que salía de nueve y que iba a marcar”, compartió Toni Fernández.

Aun así, una decisión arriesgada que resumía la situación extrema del Barcelona, su necesidad de ganar, y los pocos efectivos en sus filas. Pero seguía sin funcionar, a pesar de los 27 remates, nueve de ellos a puerta. Se añadieron cuatro minutos de descuento, y Flick estalló definitivamente con protestas que le costaron una doble amarilla y una consecuente expulsión en el minuto 90 tras momentos de tensión con el árbitro Jesús Gil Manzano. En el acta arbitral figura que la primera amarilla fue por aplaudir una de las decisiones del colegiado “en señal de protesta”. “No era así, quería animar a Frenkie. Y el árbitro estaba allí delante”, se defendió el alemán. “Le he intentado decir alguna cosa, y no ha querido hablar conmigo. Se ha ido. Es su decisión. Lo acepto, es el árbitro”, añadió Flick.

La expulsión del técnico alemán cambió el partido, con Montjuic volcado con el equipo, y el equipo volcado con ganar. Tres minutos después, un centro de Frenkie de Jong llegó a Araujo que, vestido de héroe, anotó el gol de la victoria. El charrúa corrió hacia el córner, se quitó la camiseta y saltó la valla publicitaria con el equipo a sus espaldas para celebrarlo. “Todavía seguimos con la adrenalina. Contento por el gol y la victoria. Fue un partido muy difícil, y el Girona nos plantó cara”, aseguró Araujo. “Así también hay que ganar los partidos a veces. Hemos fallado, yo también, muchas ocasiones”, explicó Fermín. “Lo hemos intentado hasta el final. Tenemos muchas lesiones, y muchos jugadores importantes que hemos vuelto ahora, y los que quedan”, añadió.

Pedri, autor del primer tanto y sustituido por gestión de minutos, se mostró crítico. “Creo que tenemos que mejorar muchas cosas, sobre todo la presión, que llevamos dos partidos no haciéndola bien. Creo que tenemos mucho margen de mejora”, señaló el centrocampista canario, haciendo hincapié en la presión, al igual que hizo Cubarsí tras las últimas derrotas. “Este equipo tiene un poco de todo. Veníamos de dos derrotas duras, pero sabíamos que con el trabajo podíamos ganar hoy e ir con confianza ahora para lo que viene”, sacó en positivo Araujo.

A Flick, por su parte, le captaron las cámaras haciendo un par de cortes de mangas tras el segundo gol. “El fútbol es emoción y también para nosotros. Gastamos mucha energía hoy, más de la que esperábamos. Es solo mi emoción. Fue fantástico marcar ese segundo gol. Solo es eso. No está hecho para nadie ni por nada. No iba dirigido a nadie”, se justificó reiteradamente el entrenador, que aseguró que estaba “feliz”. “El corte de mangas es una botifarra, plato típico de Cataluña, por lo que veo que Flick está muy integrado”, bromeó Rafa Yuste, vicepresidente deportivo azulgrana, a los micrófonos de Què t’hi jugues de la Cadena SER.

Flick, por lo tanto, se perderá el partido contra el Real Madrid. “No sé lo que pasó con el míster. Es una baja importante”, señaló Araujo. “Ahora no pienso en eso. Pero yo prefiero estar disponible para el equipo”, añadió Flick. “Esta victoria nos da tranquilidad de cara al clásico”, siguió el central uruguayo. La semana que viene, el Barcelona se enfrentará al Olympiacos y el fin de semana al Real Madrid. Una semana crucial tras un partido que deja dudas, pero también da confianza.