

Leo Román y Muriqi condenan a otro empate a un Atlético con fútbol, pero sin gol
Julián Alvarez falla un penalti y el tanto de Gallagher, con diez en el campo por la expulsión de Sorloth, no fue suficiente para superar al Mallorca


La falta de gol, un gigante Leo Ramos bajo palos y el oportunismo del gladiador Muriqi condenaron al Atlético al empate en Son Moix. El tercero en cinco jornadas que le alejan a nueve puntos del líder Real Madrid. Jugó bien el equipo de Simeone, dominador desde la pelota, pero con la mirilla desviada. Nadie representó más esa negación ante el gol que Julián Alvarez, que falló un penalti en el ecuador del primer tiempo y una clara en el segundo.


Acuciado por la necesidad de no descolgarse más de la cuenta, el Atlético salió con la intención de ser el único dueño del balón y por ende del partido. Se juntaron los futbolistas alrededor de la pelota favorecidos por la presencia de Koke. El capitán parece ser el único centrocampista de Simeone que mantiene la posición y que tiene claro cómo dinamizar las circulaciones. El principal beneficiado de la presencia de Koke es Barrios. El de Moratalaz se libera de responsabilidad como ancla y puede poner su tranco y su pie para conectar con los jugadores de banda y con los delanteros. Un derechazo suyo, seco y desde fuera del área ya mostró que la tarde iba ser de Leo Román. El meta no se tragó el bote traicionero de la pelota y la palmeó contra el poste.
Era un Atlético ambicioso y convencido el que se desplegaba por Son Moix a la vez que anulaba el principal recurso del Mallorca, los balones largos a Muriqi para que este los prolongue o los aguante y pivote para la llegada de los jugadores de segunda línea. El monólogo del Atlético tuvo su premio en una buena internada de Julián Alvarez por el lateral izquierdo del área. Su centro atrás lo empalmó Hancko y la pelota se estrelló en el antebrazo de Raíllo. Al punto de penalti fue el argentino, un especialista que esta vez enseñó demasiado su golpeo. Leo Ramos se lo cazó a su izquierda y a media altura. No acaba de encontrarse Julián Alvarez. Ayer se movió bien junto a Raspadori, la gran sorpresa de Simeone en la alineación, en la que se esperaba a Griezmann o en su defecto a Sorloth. El noruego cada vez parece más alejado de las titularidad. Esa dupla de atacantes, dos bajitos para jugar por bajo fue incómoda para la defensa del Mallorca, también muy amenazada por los picotazos de Llorente y Giuliano por la derecha y de Hancko y Nico González por la izquierda. Tenía juego el Atlético, pero le faltaba un punto de pausa y precisión en los últimos pases.
El Mallorca resistía y se encontró con la lesión de Kumbulla. Jagoba no solo pretendió reemplazara un central. Su elección fue Pablo Torre, renunciar a la línea de cinco defensas y tratar de que su equipo tuviera un poco más fútbol. La presencia del ofensivo centrocampista cedido por el Barcelona le dio otro aire al Mallorca, que al menos pudo asomarse a las inmediaciones del área de Oblak. Sin peligro, pero al menos el equipo de Jagoba Arrasate levantó la mano para decir que podía hacer daño. No acaba de ser el Mallorca el equipo sólido del curso pasado, en el que también se aplicaba en ataque con buenas transiciones. Su empeño defensivo le dio para llegar al descanso con el marcador igualado a cero.
Salió el Atlético igual de mandón. Se instaló en el campo contrario y empezó a cargar el área. Una rosca tensa de Nico González no pudo conectarla bien Giuliano. Al poco, el extremo argentino hizo un recorte en el área para sentar a su marcador y asistir a Julián Alvarez. Este ejecutó una maniobra académica, recibió de espaldas, se giró en una baldosa y descerrajó un buen zurdazo. Leo Ramos terminó por consagrarse como el hombre del partido de su equipo con una parada de colocación y reflejos.
Ante la falta de gol y el paso del tiempo, Simeone agitó el banquillo. Griezmann, Sorloth y Nahuel Molina entraron por Giuliano, Raspadori y Julián Alvarez con media hora por disputarse. El plan se le truncó rápido al Cholo porque Sorloth entró con la plancha alta e impactó con la tibia de Raíllo. El VAR llamó al colegiado para que revisará la acción y expulsó al noruego. Otra cruz en el cuaderno de Simeone. La expulsión casi coincidió con la pausa de hidratación. En la charla se escuchó a Jagoba Arrasate advertir de que no quería transiciones del Atlético. Pero su equipo se comió un pase largo de Koke a Llorente. Este disparó cruzado, Leo Ramos repelió y Gallagher, que acababa de entrar por Barrios, remachó a puerta vacía.
Con un gol de ventaja y un jugador menos, el Atlético se dispuso a un ejercicio de resistencia. Se dobló en lo que parecía un disparo potente y con rosca de Virgili que no parecía que iba a coger puerta. Pero apareció Muriqi para de un frentazo dirigir el melonazo a la portería de Oblak. Por quinta vez el Atlético se había puesto por delante en el marcador en lo que va de curso y por cuarta vez no le sirvió para ganar. Esta vez, por falta de gol y no de juego.
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