El Vitesse de Países Bajos pierde su licencia de fútbol profesional
La justicia neerlandesa ha confirmado que el club de la ciudad de Arnhem eludió durante años el sistema de licencias deportivas


El club de fútbol Vitesse, de Arnhem (Países Bajos) ha perdido oficialmente su licencia profesional después de que los jueces desestimaran su apelación contra la Real Asociación Neerlandesa de Fútbol (KNVB), que se la retiró en mayo pasado de manera provisional. La razón aducida entonces fue la falta de cumplimiento del sistema de permisos deportivos, y un tribunal de Primera Instancia de la ciudad de Utrecht ha dictaminado este viernes que la KNVB había actuado correctamente. Y que el caso se refería a infracciones cometidas en el pasado y no a los actuales planes financieros del club. La decisión se puede apelar, pero entretanto, el Vitesse deberá intentar incorporarse a las competiciones de aficionados: el fútbol amateur.
Vitesse heeft het kort geding van gisteren bij de Rechtbank Midden-Nederland verloren.
— Vitesse (@MijnVitesse) August 8, 2025
“El Vitesse está derrotado por completo por el resultado”, ha hecho saber el club al conocer el fallo judicial. “Estamos profundamente decepcionados y consternados”, ha dicho Michel Schaaij, presidente de Sterkhouders, el grupo de inversores que quería mantenerlo en la competición profesional. A partir de ahora, y aunque la situación no está clara, seguirán apoyando al club “para empezar de nuevo”. Volver a la primera división le llevaría al menos dos temporadas, y si se llegara a declarar la quiebra, tal vez tendría que cambiar de nombre. No son los únicos afectados, ya que el propietario del estadio Gelredome, donde jugaban en Arnhem, afronta grandes pérdidas ya que solo tiene licencia para 24 conciertos y dos eventos nocturnos anuales, junto con los partidos del fútbol.
A finales de julio, el Comité de Apelación de la KNVB rechazó un recurso del Vitesse para recuperar su licencia profesional. En su informe, este organismo concluyó que la revocación estaba justificada debido “al grado y la duración del engaño a la comisión de licencias” por parte del club, así como “la elusión y menoscabo del sistema, la falta de transparencia y de información”. El Vitesse acudió a la justicia, y el fallo judicial ha sido recibido ahora con desmayo tanto por los aficionados como por el Ayuntamiento de Arnhem. Bob Roelofs, el concejal de Deporte, lo considera “una tragedia para la ciudad, que ha perdido una parte importante de su ADN”. Para el alcalde, Ahmed Marcouch, “es un día muy triste”.
Cuando retiró en mayo la licencia, la KNVB admitió que era un hecho grave, “para el club, los aficionados y el fútbol neerlandés en su conjunto, y entendemos que les duela a los seguidores y sea un momento muy difícil para ellos”. El Vitesse jugó en la primera división de Países Bajos entre 1990 y 2024. Bajó a segunda el año pasado, pero según un análisis publicado por el rotativo NRC, “todo empezó en 2010, cuando se convirtió en el primer club neerlandés en pasar a manos extranjeras”.
Lo compró un empresario georgiano, Merab Jordania, “aunque no dijo que las inversiones millonarias precisadas procedían, a través de construcciones financieras secretas, del oligarca ruso Roman Abramovich, entonces propietario del Chelsea” británico. El Vitesse acabó en manos de otro propietario ruso, Valeri Oyf, y el club de Arnhem acumuló una gran deuda cuando Rusia invadió Ucrania en 2022, y “Abramovich, del que seguía procediendo el dinero, fue incluido en las listas de sanciones europeas”.
Después de varios intentos fallidos de compra por parte de inversores europeos y estadounidenses, un consorcio formado por empresarios neerlandeses -Sterkhouders- prometió mantener la licencia profesional del Vitesse. Demasiado tarde para la KNVB, para la que ya no se trataba tanto de un problema financiero sino de confianza. Después de 133 años, y en el día más duro para el Vitesse, Michel Schaaij ha asegurado que seguirán “luchando legalmente por una licencia profesional”.
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