Guardiola: “Como dice José Mujica, el éxito es cuántas veces te levantas después de caer”

Pep Guardiola prepara el asalto al Mundial de Clubes con unas pequeñas vacaciones en Barcelona. A sus 54 años, el entrenador del Manchester City acaba de dejar atrás la temporada más accidentada de su carrera. La segunda sin ganar ni un solo título, salpicada de episodios insólitos como la racha de una victoria en 13 partidos entre octubre y diciembre, en plena sacudida por la crisis que precipitó la lesión de Rodri, de baja toda la temporada tras sufrir una rotura de ligamentos cruzados. Pasada la tormenta y clasificado para la próxima Champions con un tercer puesto en la Premier, el técnico que más ligas nacionales ha conquistado (12) concedió una entrevista a la agencia Reuters.

“Jugar bien, crear buen ambiente, un buen espíritu de equipo… Intentar que los jugadores nuevos nos den la energía que necesitamos para levantar al equipo una vez más. Así podremos conseguir más trofeos”, dijo Guardiola, cuando le preguntaron por su objetivo inmediato. “No puedes ganar siempre. Michael Jordan, el mejor deportista que vi en mi vida, ganó seis títulos de la NBA en 15 años. Tiger Woods y Jack Nicklaus perdieron más Grand Slams de los que ganaron. Sucede así”.

La próxima cita del Manchester City comienza oficialmente el 18 de junio en Filadelfia, en el partido que lo enfrentará al Wydad AC en la primera fecha del Mundial de Clubes de la FIFA. El torneo fascina a los dirigentes por los beneficios económicos sin precedentes que promete, los más elevados de la historia con más de 100 millones de euros en premios para el ganador, muy superiores a los que puede ofrecer la Champions.

El llamado Mundialito no solo puede cimentar el poderío financiero de los clubes para el próximo cuatrienio. Además, supone el campo de pruebas para la temporada que viene, ya que muchos clubes, como el City con Tijjani Reijnders, han realizado fichajes aprovechando la ventana especial de mercado.

“Yo no quiero demostrarle nada a nadie”, dice Guardiola. “Quiero demostrarme a mí mismo que lo puedo hacer otra vez. No quiero experimentar los sentimientos que me dejó la temporada pasada. Cuando ganas el vino sabe mejor y duermes mejor, y cuando no ganas, no. Yo cuando no gano quiero sufrir. Quiero sentirme mal. Quiero dormir mal. Cuando las cosas no funcionan quiero sentirme así. Quiero que me afecte. ¡Lo quiero!”

“Cuando pierdo me cabreo”, dijo Guardiola, evocando los malos ratos que le deparó el curso que concluye. “La comida me sabe peor. No necesito comer mucho porque necesito sentir esa rabia. Porque si no, ¿qué sentido tendría todo? Ganando o perdiendo, estamos en este mundo para sentir experiencias distintas. Diferentes estados de ánimo”.

“Genio fue el inventor de la penicilina”

“Valoras la felicidad si ganas”, observó. “Valoras el éxito si ganas y ganas. Y eso es un problema. No me juzgaré, ni a mí ni a mi equipo, por las malas o las buenas temporadas. Tal vez acabar terceros sin habernos rendido nunca a pesar de las dificultades (porque si lo hubiéramos hecho terminábamos décimos) supone mejor resultado que cuando ganamos la cuarta Premier consecutiva”.

“Afrontamos muchas dificultades que se multiplicaron debido a las lesiones, a la relajación, y al hecho de que yo no lo hice suficientemente bien”, reconoció. “Pero tal vez el análisis sea que mi última temporada fue la mejor porque nos clasificamos para la Champions después de estar en el límite de quedar fuera”.

Guardiola parafraseó a José Mujica, el expresidente de Uruguay, fallecido el mes pasado. “El éxito es cuántas veces te levantas después de caer”, dijo. “Caerte y levantarte, caerte y levantare… Ese es el mayor éxito. Los ganadores son aburridos. Me gusta ver a los perdedores después de los partidos. Ahí es cuando de verdad aprendes”.

Mucho se ha debatido sobre si Guardiola es el entrenador más influyente del siglo, de la historia, o de la década. Lo cierto es que nadie más supo construir tres dinastías que dejaron tanto poso cultural en el modo de percibir el juego. Su Barcelona, su Bayern y su City expandieron una idea de fútbol que se transmitió a cada una de las grandes ligas europeas. “¿Crees que me siento especial porque gané muchos títulos?”, dijo. “¡No! Olvídalo. Genio es el tío que inventó la penicilina [Alexander Fleming]. ¿Yo? ¡Por favor! No pretendo ser humilde. Por supuesto que soy bueno. Lo he demostrado durante muchos años. He tenido la suerte de dirigir a Lionel Messi. Pero creo que si otros entrenadores hubieran estado en mi posición, en mi lugar, con los mismos equipos, habrían conseguido lo mismo”.