

La remontada de Vallejo y Jacobo para el Madrid alarga la Liga
El canterano retrasa el alirón del Barcelona con un gol en el minuto 95, tras una asistencia del central, casi inédito, que da el triunfo al equipo de Ancelotti ante un Mallorca sostenido por las diez paradas de Leo Román


Hasta el final, el Real Madrid conserva una capacidad asombrosa de producir momentos insólitos. Con el Barça ya celebrando el título de Liga después de otra función repleta de impotencia del gran rival, el equipo de Carlo Ancelotti exploró una de las vías más impensadas: un centro de un canterano (Fran García), una peinada de un futbolista desahuciado que no jugaba un minuto desde septiembre (Jesús Vallejo) y un gol en el 95 de otro canterano tan recién llegado que aún parece tembloroso (Jacobo Ramón). De central a central. Así atrapó el Madrid de Mbappé la remontada contra el Mallorca que alarga la Liga al menos unas horas, hasta el derbi barcelonés de este jueves.


Todo era ya raro desde la alineación del Madrid. Contaba la historia de la temporada. Con 11 jugadores lesionados y Tchouameni sancionado, Ancelotti apuró las raspas de un equipo exprimido, tan al límite que antes de llegar al Bernabéu debió repasar la regla que obliga a tener en el campo al menos a siete futbolistas de la primera plantilla. De salida, pudo reunirlos. Solo los centrales, Asencio y Jacobo, siguen aún alistados con el filial. Uno acababa de conocer que tendrá que sentarse en el banquillo por la presunta difusión de un vídeo sexual de una menor; el otro, aún tierno, terminó como héroe de la noche. Después de ese once, poco margen. En el banquillo esperaban ocho futbolistas de las inferiores, dos de ellos porteros, y el remoto Vallejo, al final asistente del penúltimo prodigio.
La alineación invitaba a poco más que a lamentar las desgracias y la ausencia de contrataciones para parchear las carencias cuando aún era posible. Tras perder el cuarto clásico de la temporada el domingo, y también lo último que quedaba de la Liga, la grada lucía medio desierta durante las presentaciones y el himno.
En este punto, con Ancelotti casi en Brasil, sin nada que rebañar salvo el pichichi de Mbappé, el encuentro tenía un aire desalentador de cena que se ha quedado tan fría que no apetece ni meterla al microondas.
Pero hasta en estos paisajes lunares queda alguien entusiasmado. En el Madrid es Arda Güler, al que casi se le había escapado la temporada enfurruñado, pero que ha encontrado pista en la carestía general. No necesitó ni dos minutos para lanzar a Endrick por una senda central que lo dejó a solas frente a Leo Román, que desactivó el intento.
El turco y el brasileño habían salido con unas revoluciones de las que carecía el resto, sobre todo cuando la pelota la tenía el Mallorca. Ante la contemplación general, Valjent, un central, tiró una pared, se metió en el área con espacio para cualquier cosa, y puso el balón en la red de Courtois.
A partir de ahí el Madrid reclamó el balón, que había tenido bastante extraviado, y empezó a desperezarse, sin prisa, mientras el equipo de Jagoba Arrasate, que olisquea plaza europea, seguía buscando a Muriqi y Larin, la contundencia y la velocidad. Hasta que se quedaron sin la pelota. Al principio no pareció grave. El Madrid, como en muchos tramos del curso, la manejaba como con pereza. Ni Ceballos ni Bellingham aportaban luz. El primero, sin imaginación; el inglés, enfangado en una noche de imprecisiones. Solo le quedaban ideas al inagotable Modric y a Güler.
Consiguieron que reculara el Mallorca, sostenido por Leo Román, que comenzó su colección de diez paradas. A Mbappé, a Modric, a Fede Valverde. Desactivaba ocasiones y desesperaba a la grada, que, aparte de la zona oficial de animación, solo despertaba con algún robo y con la parsimonia con la que el portero consumía minutos.
Pero quedaban demasiados como para agotarlos entre un saque de puerta y el siguiente. Y Mbappé estaba decidido a atrapar su pichichi. El francés seguía y seguía, hasta que acertó con un recorte dentro del área que enlazó con un tiro abajo que ya no pudo alcanzar Leo Román.
El Madrid, que había tardado casi una hora en hallar el empate, estuvo muy cerca de perderlo en un par de segundos. Justo después del saque de centro, Mateo Morey se encontró mano a mano con Courtois. Pero el belga de repente era enorme y permitió que Mbappé siguiera probando a Leo Román al otro lado del campo.
Sin embargo, no fue el francés el que alargó la Liga, sino una cadena rara de secundarios que dieron la última alegría al Bernabéu.
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
1
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82 | 35 | 26 | 4 | 5 |
2
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78 | 36 | 24 | 6 | 6 |
3
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70 | 35 | 20 | 10 | 5 |
4
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64 | 35 | 17 | 13 | 5 |
5
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64 | 36 | 18 | 10 | 8 |
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
7
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52 | 36 | 15 | 7 | 14 |
8
![]() |
47 | 35 | 12 | 11 | 12 |
9
![]() |
47 | 36 | 13 | 8 | 15 |
10
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45 | 35 | 10 | 15 | 10 |
11
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45 | 36 | 11 | 12 | 13 |
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