Lamine Yamal posterga el Ramadán para emular a Messi

La vida de Lamine Yamal se define a partir de la presencia de dos mujeres: Sheila, su madre, y Fátima, su abuela.

Como si tuviera un interruptor mágico para abrir y cerrar los ojos de su hijo, Sheila le apagó las miserias de una vida al límite de la marginalidad. “A lo mejor yo no he tenido la mejor infancia del mundo, pero ella hacía que yo no viera nada. Que solo viera lo bonito”, explicaba Lamine Yamal en una entrevista a DAZN. Fátima, la madre de su padre, fue su escudo tras la prematura separación de sus progenitores y ejerció también una gran influencia en su vida. Es por ella que Lamine Yamal, ya pasada la pubertad, comenzó su primer Ramadán el pasado 1 de marzo.

A las 19.00 horas, ocho minutos después de que cayera el último rayo de sol en Barcelona, el árbitro paró el partido: es una autorización de la UEFA para que los futbolistas que practican el Ramadán puedan hidratarse y alimentarse unos minutos después de romper el ayuno. En el cuadro azulgrana, además de Lamine, también lo cumple Ansu Fati, mientras que en el equipo de Lisboa lo practican Kokçu, Aktürkoğlu y Amdouni. Fati y Amdouni, sin embargo, estaban en el banquillo. Por entonces, Lamine Yamal ya había empezado a hacer de las suyas en el campo. Aunque el marcador estaba 1-1, la perla del Barcelona había sacado un nuevo regate para el escaparate mundial, esta vez emulando a Messi.

El 6 de mayo de 2015, en un duelo entre el Barcelona de Luis Enrique y el Bayern de Guardiola, Messi convirtió a Boateng en meme. Después de amagar con encarar hacia adentro, el argentino quebró la cintura para afuera y dejó al defensa desparramado en el área de Neuer, que solo pudo mirar cómo la vaselina del 10 acariciaba la red. Casi diez años después, el heredero de La Pulga engañó a Florentino para luego asistir a Raphinha. “Los días de partido, Lamine no hace el Ramadán. Está liberado, lo cumple en otros momentos”, comentan desde el staff del Barcelona.

Después de la pausa por el Ramadán, Lamine volvió a encender al frío Montjuïc. Esta vez se copió a sí mismo. Y lo hace con 17 años. Sacó un latigazo con rosca que se coló en la escuadra de Trubin, portero del Benfica. Un gol similar al que le había marcado a Francia en la semifinal de la Euro. El Benfica estaba avisado: Lamine no se esconde en las grandes citas. En Montjuïc, liberado de la dura marca de Carreras que lo había amargado en los dos duelos anteriores frente al cuadro de Lisboa, volvió a brillar.

“Estoy muy contento por Lamine. Él también lo estaba. Fue un gol muy importante”, expuso Hansi Flick. En el minuto 80, Lamine volvió a poner de pie a Montjuïc, esta vez para despedirlo cuando dejó su lugar a Fermín. “El gol de Lamine es espectacular. Demuestra lo que es: un jugador con una calidad tremenda”, dijo Raphinha. Pedri, elegido mejor jugador del partido, remató: “El MVP podía haber sido para Raphinha o Lamine. Son jugadores espectaculares. Robert lo remata todo... Tenemos dinamita arriba. Hay que aprovecharla”.

Mimado por su madre e influenciado por su abuela, Lamine celebra su primer Ramadán sin olvidarse de Messi.