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El viaje a una Romareda mundial

La ciudad de Zaragoza y el Real Zaragoza estrenan un estadio desmontable con más de 20.000 butacas, pionero en España, donde jugará mientras se levanta su nuevo coliseo, que será una de las sedes del Mundial 2030

Ya se fueron las excavadoras que desmantelaron el viejo estadio. Las despedidas suelen aflorar recuerdos, sentimientos; el fútbol también es eso. Y, a la espera de que La Nueva Romareda lata flamante en su lugar en 2027 —arquitectura de vanguardia en tecnología y eficiencia para un estadio que será sede del Mundial 2030—, Zaragoza tiene otro motivo de orgullo. Porque las transiciones también pueden escribirse con audacia e innovación. El campo modular en el que jugará el equipo durante estas dos temporadas, el Ibercaja Estadio, se ha convertido en un caso de estudio: más de 20.000 localidades, pionero absoluto en su tipología en España. Un hogar provisional construido en tan solo cinco meses que, además de poder reciclarse por completo, permite a los hinchas seguir viviendo el fútbol sin añorar la atmósfera de ese campo al que dijeron (de momento) adiós.

El valor de lo efímero. Porque con la decisión de mudarse a este recinto desmontable ha agilizado las obras del nuevo estadio y ajustado sus costes. De todos modos, Natalia Chueca, alcaldesa de Zaragoza, del PP, reconoce que alcanzar esta determinación no fue sencillo: “Se llegó a valorar que el Real Zaragoza siguiera jugando en La Romareda mientras se hacían demoliciones parciales y se levantaban nuevas tribunas. Pero era un proyecto más largo y lleno de incomodidades para la ciudad y la afición”. La apuesta por un coliseo modular de este aforo significaba arriesgar, dice, porque no existían antecedentes. Pero siente que han acertado de pleno: “Si solo pisas sobre tierra firme, nunca se dan pasos nuevos… Cuando uno entra, descubre que es un estadio real, con vestuarios mejores incluso que los de la vieja Romareda”, añade Chueca.

Seis momentos en la historia de La Romareda

Obras del estadio en 1956. REAL ZARAGOZA

1956

La Romareda se construyó en 1956 sobre el barrio zaragozano del mismo nombre, llamado así por la abundancia de matas de romero.

Partido de inauguración de La Romareda. REAL ZARAGOZA

1957

El estadio se inauguró el 8 de septiembre de 1957 con un partido entre el Real Zaragoza y el CA Osasuna (4-3) ante unos 32.000 espectadores.

El once del Real Zaragoza en la 1974/75. REAL ZARAGOZA

1974

El conjunto entrenado por Luis Cid, conocidos como Los Zaraguayos, consiguió las mejores clasificaciones ligueras de la historia del club: 2º y 3º puesto en 1974 y 1975.

Vista aérea de La Romareda en 1977. REAL ZARAGOZA

1977

En 1977 se realizó la ampliación hasta conseguir el mayor aforo de su historia con 43.524 espectadores, cuando muchos veían los partidos de pie. Las posteriores obras redujeron la capacidad hasta los 33.000 por motivos de seguridad.

Uno de los partidos del Mundial 1982. REAL ZARAGOZA

1982

La Romareda fue sede del Mundial de 1982 albergando los partidos de las selecciones de Yugoslavia, Irlanda del Norte y Honduras.

Simulación del interior del futuro estadio. REAL ZARAGOZA

2030

La Nueva Romareda será sede del Mundial 2030 y tendrá un aforo total de 43.110 espectadores, que podrán llegar a más de 50.000 en otros eventos como conciertos.

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Fueron valientes, afirma Roberto Bermúdez de Castro, consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, también del PP, y uno de los vocales de la sociedad La Nueva Romareda, compuesta por el Ayuntamiento, el Gobierno regional y el Real Zaragoza e impulsora de este proyecto. Bermúdez de Castro había sido testigo de lo que se consiguió con las infraestructuras de juegos olímpicos como los de Londres 2012: pabellones portátiles, desmontables y reutilizables. Pistas de tenis de hasta 15.000 espectadores. Sabía que era un objetivo plausible. “Pero todo el mundo me miró como si fuera un marciano”, confiesa. Si se habían instalado gradas supletorias o fondos móviles para los campos del SD Huesca, el CD Lugo o el CD Mirandés, todos ellos sujetos a la exigente normativa de LALIGA, ¿por qué no proponérselo para una cancha de nueva planta?

Ahora, cuentan alcaldesa y consejero, vienen visitantes de distintos países a ver de primera mano cómo es ese estadio que han podido levantado en una parcela del antiguo aparcamiento norte de la Expo 2008, junto al Ebro, con servicio de tranvía. Grada, palcos, vomitorios, los vestuarios, el edificio anexo, el perímetro vallado y con control de acceso. Economía y funcionalidad homologada por LALIGA.

Estreno del estadio Modular del Real Zaragoza esta temporada frente al FC Andorra.

El estudio Nussli Iberia es el responsable principal del éxito. Como cuenta su director, el ingeniero Lluís Herrero, el reto logístico era monumental: más de 15.000 horas de trabajo y 40.000 toneladas de material movilizado para ensamblar graderíos, fachadas y vestuarios. Las esquinas están cerradas para aliviar los efectos del cierzo, las gradas tienen distintos ángulos de inclinación para maximizar la visibilidad desde todos los puntos y se reservaron áreas para restauración, lugares hábiles para vivir la previa y el post de cada encuentro...

“En cinco meses no había margen para errores. La coordinación tenía que ser perfecta”, subraya Herrero, que destaca la dificultad específica de diseñar un espacio que estuviera a la altura de los requisitos de LALIGA en aspectos como la seguridad o las retransmisiones deportivas: “Queríamos que el aficionado sintiera que entraba a un estadio de verdad, no a una carpa provisional”.

“Nos planteamos primero ubicarlo en el campo de atletismo”, cuenta Bermúdez de Castro,refiriéndose a las cercanas instalaciones Corona de Aragón. “Pero habríamos afectado a cientos de niños que entrenan allí. Este asentamientolo tiene todo: accesos, transporte público y aparcamientos”. La solución, abunda Chueca, es óptima, no solo porque permite el refuerzo de la movilidad urbana: tranvías los días de partido, autobuses lanzadera y hasta 2.000 plazas de aparcamiento para los que acudan en sus vehículos; también merece crédito porque supondrá, explica la alcaldesa, la semilla del plan que pretende hacer de esa localización en el norte de Zaragoza, en un futuro próximo, “toda una ciudad inteligente y destinada a la práctica deportiva”.

Cinco meses en unos segundos

De la nostalgia a la emoción por el futuro

El Ebro y los soplidos del cierzo, señas de identidad zaragozanas, han sido los elementos que han inspirado al arquitecto César Azcárate y su equipo del estudio Idom, autores de estadios como la nueva Catedral de San Mamés en Bilbao, para el diseño de la doble vertiente cóncava y convexa de la fachada que caracterizará la Nueva Romareda.

Dice Fernando López, director general del Real Zaragoza que, durante el proceso que dedicaron a la concepción del nuevo estadio, la sensibilidad y la comprensión de las particularidades de la capital maña y su afición fueron claves; que se sintieron fuertemente comprendidos en su deseo de erigir un nuevo estadio en el que se respirasen los valores del antiguo y de toda la sociedad aragonesa: arraigo y modernidad, un icono que la ciudad abrace, donde toda Zaragoza resuene al unísono con la grada. “Queremos que el estadio sea un espacio de referencia en Aragón y en toda España, y que pueda ser utilizado 365 días al año”, afirma López, porque, tal como explica, “el mundo del fútbol y su industria han evolucionado en los últimos años de tal manera que un partido de fútbol ya no es solo un partido. La experiencia del aficionado va más allá de los 90 minutos del juego". Para satisfacer esa expectativa, han apostado por tecnología de última generación en cuanto a sonido, vídeo, iluminación, conectividad, seguridad, accesibilidad… 43.000 butacas (10.000 más que el viejo estadio) que han permitido a Zaragoza ser una de las 10 sedes nacionales del Mundial de 2030, que acogen conjuntamente España, Portugal y Marruecos.

Así será la Nueva Romareda

Zaragoza pretende tener listo su ambicioso proyecto de remodelación del estadio para finales de 2027. Será una de las 10 plazas españolas del Mundial 2030.

El proyecto de la Nueva Romareda supondrá una inversión de 151 millones de euros y el estadio tendrá capacidad para albergar 43.110 butacas.

El nuevo estadio destaca por su compromiso con la sostenibilidad: la idea es reducir la huella de carbono a través de sistemas más eficientes y un consumo responsable de agua y energía.

Una de las novedades para los visitantes es la incorporación de 600 plazas ubicadas junto al túnel de vestuarios que permiten al aficionado una experiencia más cercana con los jugadores.

Pero, para alcanzar ese futuro, el primer paso obligó a contemplar cómo las excavadoras arrancaban piedra a piedra los pedazos de aquel estadio en el que tantos forjaron recuerdos imborrables desde su inauguración en 1957. ¿Qué sintieron? “Fue un momento cargado de emociones. Por un lado, sentimos nostalgia al ver desaparecer un escenario que ha sido testigo de tantos recuerdos y vivencias compartidas por generaciones de zaragocistas; y al mismo tiempo, vivimos con ilusión la certeza de que este cambio supone una evolución necesaria para que el Real Zaragoza se integre de nuevo en las exigencias del fútbol moderno tan competitivo“, señala López.

Yo recordé mi infancia”, cuenta emocionada la alcaldesa, “cuando acompañaba a mi tío, Víctor Muñoz, que fue jugador del Real Zaragoza. Para muchos zaragocistas ha sido un proceso muy emotivo: familias haciéndose fotos de despedida o queriendo llevarse un trozo de césped”.

La primera vez que ingresó al campo, Bermúdez de Castro, que se crió en Huesca, lo hizo de la mano de su padre, militar gallego y fiel seguidor del Deportivo de la Coruña: “Para mí, cuando era niño, venir aquí era una fiesta”, dice quien ahora desea con fervor poder generar nuevos recuerdos felices en la Nueva Romareda. “El mejor de todos los posibles sería que el Real Zaragoza subiera a LALIGA EA SPORTS jugando en el estadio modular y que estrenara su anhelada vuelta a la máxima categoría en el campo nuevo”.

Estado de las obras del Ibercaja Romareda el pasado junio.

Sostenibilidad en los genes

La nueva infraestructura nacerá con el sello BREEAM Excelente, una certificación verde: “La sostenibilidad ha sido y seguirá siendo un pilar fundamental en todo lo que hacemos”, afirma López. Porque el 100% de los escombros de La Romareda se van a reciclar, porque la cubierta incorporará placas solares, porque el diseño al completo se ha orientado, explican sus autores intelectuales y materiales, a la máxima eficiencia energética, al mejor uso posible del agua y a la reducción de emisiones. También, por supuesto, porque durante las dos temporadas hasta la conclusión de las obras, jugarán en un campo modular igualmente reutilizable, en el que, dice López, han incluido elementos de la vieja Romareda, banquillos, tornos, focos, para darles una nueva vida: “Así, sostenibilidad y memoria se unen en un mismo proyecto”. Estas instalaciones, posteriormente, podrán reconvertirse en un estadio de 5.000 espectadores para competiciones regionales y uso ciudadano, una cancha que se integrará en ese polo deportivo que será el norte de Zaragoza.

Los tres socios de La Nueva Romareda S.L., Real Zaragoza, Ayuntamiento y Gobierno de Aragón, han convenido además elevar este mismo criterio de sostenibilidad al plano presupuestario, que asciende a 151 millones, según las cifras de los promotores. Para garantizar que no se produzcan los sobrecostes que suelen ocurrir en proyectos de gran envergadura, el consistorio, cuenta la alcaldesa, introdujo un mecanismo “totalmente innovador” en los pliegos por el cual el 70% de los costes en la licitación son fijos, y el margen máximo de desviación es del 15%. “Hemos querido blindar el proyecto ante la volatilidad del mercado. La transparencia y la previsión son esenciales”, sostiene Chueca.

Asientos convertidos en carnés

El mismo espíritu desprende la campaña del club con sus socios. Los miles de asientos de La Romareda, que “durante décadas sostuvieron alegrías y lágrimas” de los zaragocistas, se reciclaron al final de la temporada 2024/25 para que ese plástico tuviera una nueva vida. Y 300 de aquellas butacas han servido ahora para, con la labor de una planta de procesado de plásticos aragonesa, convertirse en carnés conmemorativos para los socios. Quienes acudan a recoger sus abonos recibirán, además, ese obsequio, “auténticos fragmentos de nuestra memoria colectiva”, como señala Enrique Novella, director de Área Social y Ticketing. “Quisimos que, aunque tengamos que dejar temporalmente nuestra casa, un pedazo de ella siguiera viajando con cada zaragocista. No son simples objetos: son la conexión viva entre el pasado glorioso y el futuro que construiremos juntos. Queremos que cada vez que un socio mire su carné, recuerde que La Romareda sigue con nosotros en cada partido, en cada gol y en cada grito de aliento. Porque este viaje de dos años es solo la antesala de un regreso histórico a un hogar renovado, vanguardista y a la altura de todo lo que sentimos por este club”. El futuro está en construcción, pero el presente ya ha hecho historia.

Los tres modos de un estadio

La Nueva Romareda incorporará una novedad: podrá mutar en función de su uso. Para los partidos de competición liguera, el modo más habitual, la capacidad total para los partidos será de 43.110 espectadores, de las que 512 serán para personas con movilidad reducida y sus acompañantes y otras 600 para las butacas más cercanas al túnel de jugadores, reservadas para aficionados que quieran disfrutar de una experiencia diferente al estar más cerca de sus ídolos.  

Para los partidos del Mundial 2030, la capacidad del estadio se modificará reduciéndose levemente a 42.119 espectadores por motivos como la reorganización de los asientos o la ampliación de los puestos reservados a la prensa, que aumentarán de los 92 habituales hasta los 1.288 asientos. Por último, la Nueva Romareda tendrá un tercer modo, reservado a conciertos, en los que el número de espectadores que podrán asistir se ampliará a 50.266, que se repartirán entre las tribunas, los graderíos generales y el terreno de juego, donde podrán coincidir hasta 22.540 personas simultáneamente.   

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