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Willy Hernangómez: “Quité las nubes negras de mi cabeza y he aprendido a quererme más”

El capitán y máximo anotador y reboteador de la selección española explica, antes del duelo ante Italia, cómo perdió y recuperó el amor por el baloncesto

Willy Hernangómez, en un entrenamiento con la selección española, en una imagen de la Federación.
Juan Morenilla

El capitán de España es también el máximo anotador (14,3 puntos por partido), el máximo reboteador (5,7) y el jugador más valorado (18) de la selección en este Eurobasket. Willy Hernangómez (Madrid, 31 años) viste galones en la pista y en el vestuario. Después de otra temporada gris en el Barcelona, en la que llegó a perder la pasión por el baloncesto, según contó en el podcast La Bombilla, estar en La Familia le ha devuelto la sonrisa. España necesitará su mejor versión para derrotar este martes a Italia (20.30, La2) en un duelo clave rumbo a los octavos.

Pregunta. ¿Qué le dijeron sus padres cuando le nombraron capitán?

Respuesta. Que lo disfrutara y me comportara con la mayor responsabilidad por todos los capitanes que ha tenido esta selección. Y que ayude a los jóvenes a sentir lo que es esta familia. Aquí venimos a pasarlo bien y a competir. Para mí supone vivir un momento especial. Llevaba tiempo soñando con ser capitán porque veía que los veteranos se iban marchando y yo era el mayor y el jugador con más partidos. Me toca ser más responsable. Nunca soñé estar tantos años en la selección y mucho menos ser capitán.

P. ¿Qué le diría al Willy más joven?

R. Que viva al máximo cada momento de la vida. A veces me paro a pensar… Tantos Europeos, Mundiales, Juegos… y eso me llena de orgullo y a la vez de motivación. Estoy orgulloso de la persona que soy fuera de la pista. Cada equipo en el que he estado, cada ciudad en la que he vivido, y cada entrenador, todo me ha aportado algo. Tengo la mochila cargada de errores y de aprendizajes. Y aún queda mucho hueco.

Willy Hernangómez, con la selección española, en una imagen de la Federación.

P. ¿Cómo fue perder el amor por el baloncesto durante su temporada en el Barcelona?

R. Me sentía raro. Llevaba muchos años haciendo lo que amaba, lo que más me gustaba, jugar al baloncesto, y de repente me costaba. Yo quería afrontarlo solo, y lo intenté, pero no sabía cómo reconducir mi cabeza. Son cosas muy sencillas y muy importantes, tener la cabeza bien para estar en paz con uno mismo y para jugar. Agaché la cabeza, trabajé y volví a coger confianza en mí mismo. Ahora me encuentro muy feliz.

P. ¿Dejó de creer en sí mismo?

R. Siempre hay momentos en la temporada en los que tienes más confianza o menos. Pero nunca pensé que podría perder el amor por el baloncesto. Me parecía imposible. Y pasó. Iba a entrenar porque es mi trabajo y se me da bien, pero la pasión con la que he querido ser mejor jugador cada día de mi carrera se había difuminado.

P. ¿Y por qué?

R. Durante la vida suceden muchas cosas que se acumulan y se hacen una bola. Para mí fue difícil cuando volví a Nueva Orleans y que no jugase tanto como me habían dicho. Estaba lejos de mi familia. Luego gané un Eurobasket y pasó lo mismo. Son muchas cosas que la gente no ve y que yo aguantaba. Luego pensé que mi adaptación a Europa sería más fácil y no lo fue. Después de jugar casi toda mi vida en la NBA, me costó jugar aquí más de lo que pensaba. He pasado años duros de aprendizajes y de lecciones.

P. ¿Cómo se ha recuperado?

R. He quitado las nubes negras de mi cabeza y he vuelto a ser yo mismo. Vuelvo a disfrutar del baloncesto, me encuentro otra vez feliz. Y ahora valoro todo mucho más. También he aprendido a quererme más. Cuando uno se quiere a sí mismo y se cuida, es cuando es mejor persona. Muchas veces nos descuidamos y hay que cuidarse más. La salud mental es muy importante. Gracias a eso me he reencontrado. A veces pedimos ayuda a un fisioterapeuta, un preparador físico o un entrenador, y esto es lo mismo, no solo para el deporte, sino para muchas situaciones en la vida. Lo recomiendo porque es increíble.

P. ¿Aceptar la debilidad es una fortaleza?

R. No es debilidad. Yo no soy débil por entrenar con un preparador personal. Al revés, quiero ser mejor. Y trabajar la cabeza es fundamental porque manda sobre todo el cuerpo. Ese trabajo me ayuda a estar más concentrado, no despistarme, evitar distracciones en un partido… Son cosas que nunca había pensado que me ayudaran dentro y fuera de la pista. El baloncesto me lo ha dado todo pero no dura para siempre. Mi vida personal, sí.

P. ¿Cómo encaja las críticas?

R. Es duro. No soy de hierro. Yo siempre he sido muy criticado, desde muy joven, desde que empecé en la cantera del Madrid. Y me he acostumbrado y ahora me da igual. La gente tiene que pensar que también tengo pareja, hermanos, familia, que escuchan o leen esos insultos. Me quedo con los que saben de baloncesto. Muchos critican por criticar. Hace muchos años que no me afectan.

P. Sergio Scariolo se despide de la selección tras este torneo. Ha sido siempre muy exigente con usted. ¿Cómo ha sido su relación con él?

R. Es el entrenador que mejor me ha comprendido, el mejor. Agradezco mucho que haya sido exigente conmigo. Ha sido importantísimo en mi carrera, el más importante. Es quien más años me ha entrenado y quien más me conoce. Tenemos una relación muy especial. Sabe sacar lo mejor de mí y le doy las gracias. Son 11 veranos juntos en la selección y en este Eurobasket quiero hacerlo lo mejor posible por él.

Scariolo y Willy Hernangómez, en un entrenamiento, en una imagen de la Federación.

Resultados y clasificaciones del Eurobasket.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.
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