La Euroliga ya es la NBA: el Madrid gana un partido espectacular ante el París (105-104)

Euroliga jornada 33

Real Madrid

105 104

Finalizado

París Basketball

Si la NBA quiere espectáculo bien puede tomar nota del encuentro de la Euroliga que el Madrid conquistó este jueves ante el París Basketball (105-104). Fue un canto al mejor baloncesto de Europa entre un conjunto blanco que va lanzado en este final de la fase regular (cinco victorias seguidas) y un equipo francés que se ha ganado todo el derecho a ser la revelación de la temporada por su juego alegre y revolucionario. Del cruce salió un duelo maravilloso que se decantó para el grupo de Chus Mateo por una pestaña tan fina como decisiva. El triunfo permite al Madrid escalar hasta la quinta posición cuando la próxima semana visita al Partizán de Belgrado, ya sin opciones de avanzar, en el cierre de esta increíble liguilla en la que los seis primeros avanzan a cuartos y del séptimo al décimo clasificados se juegan dos plazas en una ronda previa. Los madridistas se han asegurado ese escalón del play-in y abrocharán el playoff con una nueva victoria. Los sobresalientes se sucedieron en el Movistar Arena: 26 puntos para Hezonja, 20 para Musa, 15 y 9 rebotes de Tavares, 15 de Feliz... y 24 puntos y 10 asistencias de TJ Shorts, 23 de Hifi, 18 y 10 rebotes de Ward... Todo en medio de la fiesta del triple: 11 convertidos por los blancos y 19 por los visitantes. Una locura.

El París dejó pronto su carta de presentación, una canasta del veloz TJ Shorts en la última acción de la posesión, y el Madrid respondió con sus mejores armas, unos recursos que apenas tienen respuesta un Europa, ese juego interior forrado con Deck, Garuba y Tavares. Al conjunto francés le gusta quemar zapatilla a la carrera y afilar el triple con Shorts, y el estilo exigía una transición defensiva igual de rápida por parte de los blancos. Los hombres de negro son el conjunto que en más poco tiempo, consumiendo menos segundos, lanza a canasta en la Euroliga, y carga con todo el rebote ofensivo. Esas son sus credenciales, funcionen o no. Frente el Madrid aguantaron el empuje inicial (12-13) de un rival que había arrancado a toda pastilla en los primeros cuartos de los últimos encuentros. Hezonja también explotó el tiro desde del perímetro y Musa dribló por dentro en un entretenido intercambio de acelerones y canastas entre los dos equipos. El primer tramo prometía una noche de emociones para el espectador y de sudores para el Madrid: 23-28.

Andrés Feliz ha dado un paso al frente en el Madrid cuando le toca dar descanso a Campazzo. Esta vez tenía un reto mayúsculo por la defensa de TJ Shorts, un correcaminos. El dolor de cabeza para los blancos era aguantar el ataque del París, amenazador por fuera pero también versátil para cambiar el paso y colar balones en la zona. En la fase ofensiva producía sin muchos problemas el Madrid, ahora con Musa de estilete (35-36). El grupo de Chus Mateo conseguía puntos con sencillez cuando movía el balón, pero también sufría cuando el equipo de Splitter le mareaba en el tablero contrario. Era un choque de poder a poder (47-43). El encuentro no concedía un segundo de respiro por la velocidad del París para cocinar sus ataques y por la respuesta del Madrid al aceptar la invitación y conectar sus piezas con la misma velocidad, de Llull a Hezonja, de Abalde a Musa. Al llegar al descanso, 53-53, un espectáculo de partido.

El París no iba a moverse un milímetro de su propuesta. Correr mucho, tirar rápido (triple si es posible), morder por el rebote. El conjunto francés no concede una tregua ni un momento de relajación porque rasca desde cada esquina. El Madrid pasó por unos minutos de atasco: dos puntos en casi cuatro minutos del tercer cuarto. Los rebotes de Tavares y un triple de Hezonja aliviaron el equipo de Chus Mateo en ese bache (60-64). El choque era por momentos un concurso de lanzamientos lejanos, y en ambas escuadras había grandes especialistas (74-80).

El último asalto arrancó con la defensa blanca más apretada, el París desteñido en el perímetro y un parcial de 10-0 que devolvía el mando a los locales. Se rebeló Hifi, otro polvorín, para resistir en el encuentro (86-86). Y respondió el Madrid con otro 10-0 para demostrar que una cita tan decisiva iba a caer de su lado. Si se trataba de correr, el conjunto blanco tenía hombres para ello. Si toca arremangarse, así lo haría, y Feliz fue el mejor ejemplo esposando a Shorts, eliminado por faltas. El París moriría con las botas puestas, y aún remó hasta situarse a dos puntos a menos de un minuto (98-96) a base de misiles lejanos. Una penetración de Hezonja y los últimos esfuerzos sin el balón aseguraron para el Madrid una victoria que vale oro en un encuentro espectacular.