Irlanda elimina a España del Mundial de rugby tras una gran batalla ofensiva

España se ha despedido este domingo en Northampton de sus opciones para estar en los cuartos de final del Mundial femenino de rugby, pero ha brindado al torneo de los marcadores abultados la primera batalla digna. Irlanda, la quinta selección del ranking —tercera del último Seis Naciones tras ganar a Nueva Zelanda el año pasado— fue a la postre demasiado para las Leonas, decimoterceras, sin el bagaje que un día tuvieron de foguearse con las mejores selecciones europeas. Eso sí, volvieron a ser unas incansables, igualando un 12-0 inicial y manteniéndose a tiro hasta la hora de juego. Un partido de tú a tú en el que anotaron cinco ensayos que no valieron para doblegar a una selección que hace no tanto estaba en su liga, pero que ahora tiene otros medios, empezando por sus 38 contratos profesionales, y ganó finalmente con solvencia: 43-27.

Lourdes Alameda fue la única delantera española que repitió titularidad, la prueba del peaje físico que impuso Nueva Zelanda. La puesta en escena fue muy pareja, con ambas selecciones quitándose el balón de encima con el pie para que se jugara lejos de sus dominios. En esas, abrió la lata Irlanda, que ya avisó con una patada al espacio que se perdió a menos de un metro de la zona de marca y encontró oro en una menos ambiciosa que sorprendió a Zahía Pérez. El oval lo cazó la más lista de la clave, Amee-Leigh Costigan. Sus compañeras aprovecharon el renuncio para empujar mientras la defensa trataba de recomponerse, sin éxito, pues O’Brien encontraba la puerta y ponía el 7-0. España intentó desplegarse tras el golpe con sus primeras posesiones en campo contrario, pero encajó el segundo, provocado por la concentración de esfuerzos para echar abajo el maul irlandés: a partir de esa plataforma, llevaron el balón al flanco izquierdo para que Costigan finalizara.

Un 12-0 antes del minuto 20 era un verdadero test para las Leonas, que respondieron con su mejor versión. Aprovecharon una patada para plantarse en la zona de 22 irlandesa y pusieron a trabajar a las delanteras. Como en el ensayo que lograron ante Nueva Zelanda, acumularon embestidas ante un rival que defendía bajo palos sus últimos metros. Hasta que Zahía Pérez ventiló la acción hacia la izquierda con una apertura que terminó Claudia Pérez. Una marca que agitó su ánimo ante una Irlanda algo descolocada por el empuje de un tren de mercancías como Eider García o la creatividad con la que las españolas ponían el balón en juego desde la banda. En uno de esos saques de touch, formaron el maul que desembocaría en el ensayo de Marieta Román, que no sabe bien si posó por su propio esfuerzo o por el empujón de Ana Peralta, que la llevó sobre la zona de marca como si fuera un marsupial.

El gesto de orgullo inquietó a las irlandesas. Pateadoras fiables como O’Brien que no encontraban los palos y errores de manos poco frecuentes. En esas, España dio oxígeno con un oval escurrido en su zona más vulnerable que propició el peor escenario para su defensa: las delanteras verdes empujando con todo su músculo. Así fue como Higgins puso de nuevo a las suyas por delante. Y siguió otro ensayo de McGann en otra superioridad gestada en el maul. Las Leonas respondieron con el tiempo cumplido, pero su ataque claudicó en una retención de Eider a escasos metros de la tierra prometida. Al descanso, 24-12.

La segunda parte fue una demostración de resiliencia. Desde el ensayo de Claudia Peña, la jugadora más cotizada a nivel internacional, llevándose a Dalton por delante con su poderoso tren inferior. De nuevo, a siete. Esta vez, Irlanda replicó en un suspiro, con la delantera Moore aprovechando el boquete en el centro de la defensa española tras un saque de touch para colarse bajo palos. España seguía metida, celebrando cada recuperación, buscando las grietas en campo rival, pero en cuanto las circunstancias llevaban a las delanteras verdes a su retaguardia, no había réplica. Con todo, las Leonas se llevaron dos ensayos más: el de Mireia de Andrés, arrastrándose tras el placaje sobre la línea de cal, y el de Cristina Blanco en otra acción ensayada desde la touch. Ese es el muro que marca a día de hoy su distancia con el siguiente escalón del rugby. Cerrarán su participación el próximo domingo ante Japón.