El fenómeno Cooper Lutkenhaus rompe los moldes y asombra al mundo del atletismo con 16 años
El jovencísimo corredor tejano, aún en el instituto, se clasifica para los Mundiales de Tokio con la cuarta mejor marca de la historia de Estados Unidos en los 800m


Las gradas del Hayward Field rugieron este domingo como solo ruge un estadio de atletismo cuando presencia algo histórico. En la última curva de los 800 metros, un crío de tan solo 16 años aceleró por las calles exteriores para adelantar cinco posiciones y, en un final meteórico, terminar en segunda posición la final de los campeonatos nacionales de Estados Unidos. Lo mejor, sin embargo, lo verdaderamente diferencial, no fue la medalla de plata, meritoria de por sí para alguien tan joven, sino el tiempo registrado en la línea de meta. Cooper Lutkenhaus, cabello rubio, rostro pálido e imberbe, había detenido el cronómetro en 1 minuto, 42 segundos y 27 centésimas, una marca que desde este fin de semana ya es la cuarta más rápida de la historia de Estados Unidos y que hubiera sido récord nacional absoluto hace solo un año.
Donavan Brazier is BACK! High schooler Cooper Lutkenhaus breaks the U18 world record with a 1:42.27 in second! 😱
— NBC Olympics & Paralympics (@NBCOlympics) August 3, 2025
📺 NBC & Peacock pic.twitter.com/pVR9YAsT1W
No resulta sencillo, pues, desgranar la magnitud que supone lograr tal registro con apenas 16 años —serán 17 en diciembre—, pero, abrumados aún por lo sucedido, en Estados Unidos ya se han encargado de intentarlo de todas las maneras posibles. “Es la gesta más impresionante que he visto nunca en una pista de atletismo, no hay calificativos que valgan”, resume Steve Magness, divulgador y especialista en rendimiento deportivo. Tanto es así que, según las estimaciones del portal The Running Statistician, el tiempo de Lutkenhaus en los 800m se podría traducir por un 9,79s en los 100 metros lisos (el récord del mundo es 9,58s) o un 43,70s en los 400m (la plusmarca mundial es 43,03s). Todo sin haber terminado el instituto.
“Cuando solo quedaban 200 metros para el final vi el hueco y decidí lanzarme, volviendo a las tácticas que me habían funcionado siempre en la escuela secundaria”, explicó tras la hazaña Lutkenhaus. El estadounidense se acababa de asegurar su billete para los Mundiales de Tokio, donde, del 13 al 21 de septiembre, se convertirá en el representante más joven de la historia del combinado norteamericano en una cita internacional de categoría absoluta.
Para ello, Lutkenhaus, hijo y hermano de atletas, tendrá que perderse clases en el Northwest High School de Justin, a las afueras de Dallas. “Se suponía que no me iba a clasificar para los Mundiales, pero espero que mis profesores lo entiendan”, reconoce con sonrisa tímida, aún incrédulo por lo acontecido. No es para menos, claro. El tejano, que todavía no había nacido cuando la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce conquistó en los Juegos de Pekín 2008 el primero de sus tres oros olímpicos, coincidirá ahora con la leyenda de Kingston en el tartán de Tokio, donde se batirá de forma directa con el español Mohamed Attaoui, campeón nacional de los 800m este mismo fin de semana con una marca de 1m 46,22s.
Siete años menor que el atleta de Torrelavega, ya de por sí joven (23 años) y con un presente envidiable (quinto en la final olímpica de París, posee el récord de España con un registro de 1m 42,04s), Lutkenhaus ha paralizado el mundo del atletismo antes siquiera de ingresar en la universidad. Su marca, más de un segundo más rápida que el anterior récord del mundo sub-18 (logrado por el etíope Mohammed Aman en 1994) ya forma parte de la historia del atletismo. “He conocido a muchos deportistas de élite a lo largo de mi carrera y puedo decir que Cooper ya está a ese nivel con su edad; es un talento generacional”, sentenció antes de los campeonatos nacionales Burke Binning, entrenador del adolescente que ha sorprendido al mundo. “Lo está haciendo increíble, pero necesitamos tener paciencia con él. Será la clave para seguir progresando”, pidió.
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