Moha Attaoui lidera a una espléndida España en Vallehermoso

A su chica se lo había dicho ante de la carrera, “voy a dar espectáculo, voy a ganar a lo grande”, y Moha Attaoui, la gran estrella del atletismo español, cumplió estruendosamente en la carrera de 800m, zigzagueando entre estatuas antes de llegar a los 200m, cogiendo la cabeza y acelerando siempre que alguno se le acercaba, el francés un poco, el italiano no mucho más. Una semana después de ganar la Diamond League de París, el atleta cántabro, de 23 años, corrió exhibiendo su forma despampanante. Front runner para que todos le admiraran, 52,07s en los 400m, aceleración final, 1m 44,01s en la meta, negative split casi simétrico, récord de la competición.

Los 16 puntos del chaval de Torrelavega llevan a España a la segunda posición al final de la primera de las tres jornadas, con 134 puntos, uno más que Italia, la gran favorita. Brillaron también Dani Arce y Marta García (segundos en 3.000m obstáculos y 3,000m lisos, respectivamente) y Paula Sevilla, tercera en 400m. Lidera Países Bajos con 165,5 puntos.

Calor de plaza de toros y banderas en los tendidos de sombra, sol desierto, lanzadores con chaleco de hielo para sobrevivir en el sol de los círculos, horno que no aplana sino engrandece a Paula Sevilla —“más calor hace en el campo cuando en La Solana recogemos el azafrán”, dice la velocista manchega— y la hace acercarse en los últimos 100m, su fuerte, a la ligera Femke Bol, que, como si temiera quemarse los pies, parece que ni toca el tartán verde que arde en Vallehermoso cuando vuela hacia una victoria espléndida, y una marca (49,48s) que es la mejor europea del año, la segunda de su vida. Sevilla, que sale cauta, reflejo de la corredora pura de 200m que ha sido hasta el verano pasado, como si aún temiera que la subida del láctico la atenace antes de tiempo en el terrible 400m, termina atómica. Entra sexta en la última recta y sale tercera tras superar a la italiana y a la británica.

“Mi estrategia era salir detrás de Femke Bol y dejar que me llevara, pero en la cámara de llamadas reflexioné y decidí salir más prudente para que la última recta no se me hiciera demasiado larga”, explica la atleta entrenada por José Luis Calvo, que ha asumido de forma natural, sin estridencias, el liderazgo del equipo. La polaca Natalia Bukowiecka (segunda, 50,14s) está aún en otra liga. La marca de Sevilla, 50,70s, es la mejor de una carrera en la vuelta completa a la pista que la acerca inexorable, décima a décima, a la barrera de la grandeza, la de los 50s, que solo una española en la historia, Sandra Myers (49,67s, en 1991), ha atravesado. Sevilla suma 14 puntos a la bolsa española y se crece más aún, de puntillas al terminar la carrera, para abrazar a Bol, querúbica sonrisa y trencitas adolescentes, la reina del atletismo europeo.

El calor que hace chiscar los músculos de las velocistas abrasa los organismos de las fondistas, lanzadas a las 20.00 a correr 5.000m con 37 grados a la sombra, y la mitad de la pista aún al sol, que se niega a descender. Es una carrera de supervivencia en la que brillan la maravillosa italiana Nadia Battocletti, que es trentina pero tiene raíces marroquíes, y la castellana Marta García, dura, dura. Corren a ritmos de 3m 30s los primeros 3.000m, bajan a 3m el cuarto mil y dejan lo mejor para el último mil (2m 44s), la aceleración tremenda de Battocletti, qué clase, a falta de 300m, y la fuerza de García, que la persigue, la persigue, y termina segunda. “Lo intenté, pero no pude alcanzarla”, confiesa la palentina, que suma 15 puntos con sus 15m 58,53s, segunda tras la italiana (15m 56,01s) y después charlan las dos, tan pichis con una botellita de agua cada una mientras a su alrededor, derrumbadas en la pista, al borde del desmayo, la checa, la portuguesa y la húngara reclaman piedad. “Que no se diga que no lo he intentado”.

Lo intenta más fuerte otro castellano duro, Dani Arce, el caimán de Cardeñadijo (Burgos) en los 3.000m obstáculos, y cambia duro a falta de 800m, pero se le pega bien el alemán Karl Bebendorf, y sin piedad, a falta de 250m, en una pista ya a la sombra, le clava el cuchillo. 8m 20,43s para el alemán, 8m 22,04s para el español, que resiste al menos la aceleración del italiano Alá Zoghlami y explica que a estas alturas de la temporada aún le falta sprint.

También clava el puesto calculado, el quinto, la lanzadora de peso gallega Belén Toimil (17,61m, su mejor marca de la temporada) y añade 12 puntos al equipo en una prueba dominada espléndidamente por la holandesa Jessica Schilder con 20,14m. Su puesto, y el cuarto de Marcos Ruiz en triple salto con solo 16,15m, salvaron el papelón de los concursos como en el prólogo lo habían hecho los pertiguistas. Ni los sprinters (Maribel Pérez, 11,31s, y Guillem Crespí, 10,26s, fueron décimos en los calidísimos 100m), ni los otros lanzadores lanzadores -Kevin Arreaga, 12º en martillo; Inés López, décima en disco- superaron las expectativas en ellos depositadas.

En 400m hombres, ausentes por lesión o baja forma los puntales habituales, el entusiasta asturiano Manuel Bea fue 11º (45,89s), seis puntos más. Ganó el británico Sam Reardon (44,60s).