Con un día de retraso, Sergio García puede con el terrible Oakmont

A Jon Rahm y a Rafa Cabrera-Bello les toco madrugar jueves y viernes y sufrir mil inconvenientes para terminar, con +6 y +4, respectivamente, su primera ronda en un Open de EE UU en el que el mal tiempo ha trastornado a los jugadores. Sergio García no tuvo que madrugar el jueves ni pudrirse de asco en carpas inundadas los dos parones indefinidos del jueves que les obligaron a terminar el viernes los primeros 18 hoyos. El jugador de Castellón solo comenzó a enfrentarse al terrible recorrido de Oakmont el viernes a partir de pasadas las 10 de la mañana, cuando el agua había ablandado y enlentecido los diabólicos greenes, permitiendo un juego más agresivo con los segundos golpes, un putt menos peligroso a la hora de embocar. Y García, que llega de subidón después de su victoria de hace cuatro semanas en el Byron Nelson, aprovechó todas las circunstancias para derrotar por -2 (68 golpes), con cinco birdies que superaron a los tres bogeys, a Oakmont, el calificado por muchos jugadores como el campo más difícil del mundo, o el segundo más complicado tras Carnoustie, como mucho.

Apenas tuvo tiempo García, sin embargo, de analizar el marcador al terminar de jugar a esos de las dos de la tarde de Pittsburgh. Antes de volver a coger su drive de nuevo, una hora más tarde, para iniciar su segunda ronda en el hoyo 10, el español, de 36 años, marchaba cuarto, a dos golpes del líder, el desconocido norteamericano Andrew Landry, y a uno del inglés Lee Westwood y el norteamericano Dustin Johnson.

Tras sus ajetreados dos primeros días, tanto el aún amateur Jon Rahm como Rafa Cabrera obtuvieron el derecho a dormir antes de afrontar la segunda ronda, en la que deberán pelear para pasar el corte del segundo grande de la temporada.