Carla Suárez da un golpe

Le pide su equipo a Carla Suárez que de un paso al frente, que tenga mala leche, que de un golpe sobre la mesa y se lo crea, porque de lo contrario el circuito no tiene ningún tipo de condescendencia. En ello está la canaria, que este sábado, primer turno del día, encaraba un reto  de lo más duro contra la ruda Dominika Cibulkova. La eslovaca, un tenista con piernas de velocista, fortísima, apretó y exigió, pero esta vez no se encontró con ese pedazo de pan que en ocasiones parece pedir hasta perdón porque gana, o porque marea a la rival de turno. Esta vez, no. Carla venció, con todas las de la ley, en una prueba de fuego: 6-4, 3-6 y 6-1, tras dos horas y 41 minutos.

Esta vez, la canaria sí pegó el puñetazo que se le pide y sacó la garra. De hecho, al final, cuando a su adversaria se le marchó la bola larga y ya tenía el billete a los octavos en la mano, soltó toda su rabia: se golpeó un par de veces el pecho y miró a la grada: 'ahí lo tenéis, ahí lo tenéis'; cogió la pelota, se giró y la envió con un derechazo hacia el público, aunque la trayectoria fue demasiado próxima a uno de los recogepelotas, preguntándose este algo así como: ¿acaso he hecho algo yo?

Suárez comenzó muy bien el día, pero luego se torció un poco el tema porque mediado el segundo set, 3-0 abajo, las lumbares le dieron problemas y el dolor se trasladó también a la pierna derecha. Pidió asistencia médica, un vendaje que posteriormente se quitó, y otra vez a la pista. Se sobrepuso y dominó claramente a Cibulkova, de su quinta (27 años), 25ª en el ranking. Esta no encontraba forma de contrarrestar el juego técnico de la española, e incluso se equivocó, porque le envió demasiadas bolas al revés y así Carla disfruta más que nadie.

En los octavos, en teoría, debería haberse topado con Victoria Azarenka, pero esta desapareció ya hace unos días por sus molestias físicas y llega ahora la kazaja Yulia Putintseva, 60 del mundo, superior a la italiana Karin Knapp (doble 6-1).