España se mete por el camino más difícil en el Eurobasket

Tras derrotar a Alemania, España podía ser segunda o tercera del grupo B de este Eurobasket. Dependía de si Turquía vencía a Islandia en el último partido. La victoria turca propiciaba un triple empate (España, Italia, Turquía) del que la selección de Scariolo saldría en mejor posición por la diferencia de puntos. El triunfo islandés hubiese provocado un empate entre Italia y España que favorecería a los transalpinos, dejando a España tercera y a Turquía cuarta. Serbia, invicta, siempre era primera.

Aunque el duelo turco-islandés necesitó de prórroga, se impuso el mayor talento de los otomanos (111-102). España, por lo tanto, segunda. La lógica diría que lo mejor es quedar lo más arriba posible, pero viendo el cuadro de los cruces se puede asegurar que La Roja de baloncesto tiene peor camino siendo segunda que tercera.

Polonia será el rival en octavos (el sábado a las 18.30), un conjunto rocoso y físico que está liderado por el pívot de la NBA Marcin Gortat. Si se gana lo más seguro es que Grecia sea el escollo en cuartos. La selección helena se mantiene invicta en el campeonato y es una gran mezcla de talento y sacrificio defensivo. El eterno Spanoulis o los NBA Antetokounmpo y Koufos son sus referentes.

Es difícil imaginarse que Francia vaya a caer antes de las semifinales. Los galos serían el último obstáculo antes de la final. Su condición de anfitriona multiplica el favoritismo de una selección plagada de talento. Tony Parker es la guía de un equipo que tiene de todo. De Colo, Batum, Diaw y Gobert completan un quinteto potentísimo. El vencedor de las semis, además, tendrá el premio del pasaporte olímpico, reservado para los dos finalistas del campeonato.

Mucho más asequible parece, a priori, el otro lado del cuadro. El tercer puesto habría puesto a Israel en el camino de España en octavos, un rival con un nivel parecido al de los polacos. Y equipos como Finlandia, Lituania, Croacia o República Checa hubiesen sido los potenciales rivales españoles en cuartos o semifinales. La potente Serbia es, sin duda, la selección más complicada de esta parte de los cruces.

España afronta, por tanto, un camino lleno de espinas. El objetivo mínimo es quedar entre los siete primeros para clasificarse para el Prolímpico del año que viene. Para el premio gordo, ser finalista y lograr el billete directo a los Juegos, aún queda mucho.