Del traje a las bermudas
Messi debería tener un asesor que le aconsejara que un tipo con su carisma universal no debiera descuidar cuestiones tan capitales como el respeto al prójimo


Si Leo Messi hubiera visitado Tarragona hace cuatro o cinco años, se habría encontrado con una exposición de fotografía que organizó el Centro Cultural de la Caixa de esa ciudad. El contenido de esa exposición le hubiera enseñado al astro mundial, la importancia que le dan los africanos a la vestimenta. Sobre todo en los actos protocolarios, religiosos y culturales. Recuerdo que me sorprendió ver las fotos de gente saliendo de sus viviendas hacia unos servicios religiosos. Esas viviendas eran apenas unas chozas construidas de adobe y paja, pero quienes salían de allí lo hacían con una indumentaria impecable de prolijidad, una dignidad en el aseo y el atuendo. Se dirigían a una iglesia, tan pobre como sus domicilios, pero orgullosos de asistir oportunamente atildados.
Si Leo Messi hubiera visitado esa exposición, seguramente ahora no estaría en boca de las autoridades de Gabón, heridas en su concepción de los protocolos y la corrección externa. Messi se presentó a la colocación de la primera piedra de un estadio de fútbol, con unas zapatillas y unos pantalones rotos como mandan los cánones de la modernidad. (Una imagen tan alejada del traje y la pajarita que gasta cuando acude a una gala deportiva en Europa). Demasiada informalidad en un sitio donde lo que se exigía era la más elemental formalidad. Y, sobre todo, la más inexcusable educación.
Messi acudió a la inauguración de un estadio con zapatillas y pantalones rotos, en un sitio donde lo que se exigía era la más elemental formalidad
Esos pantalones descosidos con los que Messi se presenta a un acto oficial en un país africano como si fuera a tomarse un refresco con un amigo deben valer un fortunón. Y las autoridades de Gabón lo saben. Messi debería tener en su plantilla de colaboradores un asesor. Alguien que le aconsejara que un tipo con su carisma universal, tan universal como el deporte que practica, no debiera descuidar cuestiones tan capitales como el respeto al prójimo.
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