Wawrinka y sus bermudas tres en uno

Dice el agente de Stanis Wawrika que cuando Yonex, su marca de ropa, le enseñó al tenista los pantalones cortos que le habían elegido para jugar en Roland Garros, el tenista suizo arrugó la nariz, poco convencido de atreverse a vestir la prenda, cuyo diseño recuerda a algunos el papel pintado de las casas horteras de los años 60, a otros un trazado entre escocés y mondriánico entre líneas blancas, rojas y grises, y a nadie le parecía apropiado para salir a una pista de tenis tan señorial como la Philippe Chatrier de París.

Pero después de ganar el torneo (quizás gracias al carácter hipnótico de unos pantalones que estuvieron en boca y en tuits de millones de personas durante las dos semanas del torneo y que distraían a los rivales de la verdadera arma del suizo, su revés maravilloso a una mano), agradecido Wawrinka llegó a la sala de prensa, extendió las bermudas sobre la mesa en la que daba su conferencia de ganador, las exhibió como una declaración de principios y riéndose les dedicó un elogio. “Soy el único al que le gustan, pero de verdad que son muy prácticos”, dijo el hijo de un agricultor de Lausana, de 30 años, que frustró las aspiraciones de Nova Djokovic, el número uno mundial, de ganar el Grand Slam que le falta en su colección. “Son un tres en uno: con ellos me baño en la piscina, juego al tenis y los uso de pijama para dormir”.

Yonex, la compañía japonesa que también fabrica las raquetas del suizo, no ha desaprovechado la popularidad de la prenda para, aprovechando su condición de icono de moda, convertirla en el bestseller de su tienda online (www.tennis-warehouse.com). Los vende a 42 euros más gastos de envío y aprovechando el tirón los ofrece no solo en rojo, sino también en azul claro y azul oscuro.