Un Atlético contundente

Con un once tejido con suplentes, al Atlético le alcanzó con mostrar su DNI. Frente a L'Hospitalet, que navega en el fondo de la tabla en Segunda B, no la tuvieron nada fácil los muchachos de Simeone. Un 0-3 más contundente que pelotero, frente al cuadro catalán que se viste de anfitrión en la Copa más ilusión económica que futbolística.

La fortaleza de L´Hospitalet la derribaron Gámez y Griezmann

Especuló Diego Simeone con el pedrigí de L' Hospitalet. El Atlético visitó Cataluña con los pesos pesados descansando en Madrid. Sólo una excepción: el capitán Gabi, que el domingo pasado por sanción no jugó en la victoria frente al Deportivo. Quizás el entrenador argentino entendió que las jerarquías estaban demasiado claras. Quizás no quería arriesgar a ninguna de sus estrellas. Un contrapunto con la estrategia de la temporada pasada, cuando en la inauguración de la Copa del Rey contra el Sant Adreu, el Cholo sacó al césped del Narcís Sala a las vacas sagradas. Sin embargo, el plan de Simeone aunque eficiente se llenó de dudas.

Nunca paró de llover Municipal Freixa Llarga. Todo un hándicap para los muchachos de Simeone

Nunca paró de llover Municipal Freixa Llarga. Todo un hándicap para los muchachos de Simeone. Si a priori el césped artificial era un obstáculo, la lluvia, literalmente, encharcó el juego del Atlético aún más. Y aunque nunca perdieron el control del encuentro, a los rojiblancos se les atragantó el partido durante una hora larga. Lo que en la primera manga fueron bostezos que sólo espabilaron con el remate que estrelló en el larguero Raúl Jiménez, el segundo tiempo se encendió con la pimienta de Griezmann y el atrevimiento del Hospi. Los ribereños con mucha ilusión, algunos detalles de fútbol, y sobre todo aupado por su afición se animaron a visitar con más a Oblak, una zona que parecía prohibida. Pero a este Atlético le sobra oficio.

La fortaleza de L´Hospitalet la derribaron Gámez y Griezmann. El lateral le puso el balón en la cabeza al punta francés, que, en soledad, mandó el balón a la red. Respiraba Simeone. Y una vez que el partido se abrió el cuadro del Cholo ya no perdonó. Gabi cambió un penalti por gol y cuando a la afición del Hospi se le terminaba la ilusión de la visita, una zapatazo del Cebolla Rodríguez liquidó el partido y, prácticamente, la eliminatoria. Un mal trago para los rojiblancos que, sin embargo, les dejó un buen sabor de boca.