Un torneo entre disparos
Egipto y Ucrania han preparado la cita rodeados de los conflictos que golpean a ambos países


“Insha’Allah”, “Insha’Allah”. Cada frase de Wael Lofti, ejecutivo de la federación de baloncesto egipcio, cuya selección se enfrenta hoy a España (ayer perdieron 64-81 ante Serbia), llega trufada por una referencia al todopoderoso. “Si lo quiere Alá, tendremos buenos resultados”, dice el directivo, que ha visto cómo su equipo preparaba el Mundial mientras el país se sacudía de cambio de gobierno en cambio de gobierno: el presidente Mubarak, gran aficionado al baloncesto, renunció al cargo por las protestas populares contra su gobierno en 2011 y fue reemplazado por Mohamed Morsi en 2012, hasta que el ejército, con el general Al-Sisi al frente, tomó las riendas en 2013.
Egipto, sin embargo, no es el único equipo pendiente de las tensiones internas del país al que representa. Ucrania, donde las milicias prorusas campan a sus anchas y armadas hasta los dientes, debutó ante la República Dominicana con victoria (72-62) tras una preparación marcada por la guerra en el país. Un ejemplo: hasta el estadio del Shakhtar Donetsk, que acogió una semifinal de la Eurocopa de fútbol de 2012 y costó más de 300 millones de euros, ha sido dañado por las explosiones.
No ha cambiado solo la situación política, todo ha cambiado en nuestro país." Alexander Volkov, presidente de la federación ucraniana
“Esperamos un baloncesto sólido y atractivo del equipo. Nuestra primera meta es llegar a los octavos”, explica Alexander Volkov, el presidente de la federación ucraniana, que ganó el oro olímpico con la selección de la extinta Unión Soviética, con la que también alcanzó dos platas mundialistas y todos los escalones del podio en los Europeos. “En invierno, teníamos un plan de preparación para el Mundial. Pero cada día la situación se ha complicado”, reconoce el directivo, que jugó en la NBA con los Hawks de Atlanta.
“Hemos tenido que parar algunos proyectos por falta de fondos, pero en ningún momento hemos dejado de buscar financiación. No ha cambiado solo la situación política, todo ha cambiado en nuestro país”, subraya el ejecutivo, cuya selección se concentró en Kiev y jugó amistosos en Eslovenia, Francia y España. “La financiación es la cuestión principal. Varios de nuestros patrocinadores anteriores han dejado Ucrania”.
“Egipto representa a los árabes y a África, no vamos a España solo a participar”, asegura Lofti, ejecutivo de la federación egipcia, a través de una traductora. “Después de 20 años sin competir en el Mundial, vamos a competir por tener buenos resultados, si Alá lo quiere”, sigue el ejecutivo, que vive en El Cairo, donde las bombas no son una excepción en la vida diaria y los soldados y policías, armados con metralletas, son visibles en cada calle. “Esperamos tener éxito a partir de un equipo fuerte y dinámico”, añade sobre la preparación, dividida entre la capital, la ciudad de Alejandría, Serbia y España.
Da igual la situación política. El resultado queda para la historia, y todos queremos que sea positivo" Wael Lofti, ejecutivo de la federación de baloncesto egipto
“Gracias a Alá, pudimos mantener nuestra base de entrenamientos, y gracias a Alá, hemos vuelto a tener algo de estabilidad en el último año. En los tres últimos meses, la situación de seguridad ha sido correcta. El problema no es el periodo actual. Para un egipcio, jugar representando al país es un honor. Da igual la situación política. El resultado queda para la historia, y todos queremos que sea positivo”, cierra desde su despacho en Nasr City, uno de los bastiones de los seguidores de Morsi, y escenario de protestas y enfrentamientos en el verano de 2013.
Egipto y Ucrania defienden más que una bandera: compiten sabiendo que en casa hay disparos.
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