El Sporting gana en la locura

En un partido loco, con un marcador que se movió siempre a la contra de lo que ocurría en el césped, la rueda de la fortuna se paró en la casilla del Sporting. Sangoy marcó un gol con un valor más reivindicativo que práctico. Pese a los tres puntos, y en vísperas de visitar el Bernabéu, en Gijón casi nadie cree en el milagro.

Cuando llevó el peso del partido, el Sporting se encontró con el golpe del Levante. Y tras el 1-2, con los jugadores noqueados y la grada encendida contra Clemente por la retirada de sus dos delanteros, llegó el estrambote a un partido raro a más no poder. El Levante, ese equipo modelo de eficacia, desaprovechó contras con todo a favor. El Sporting, un equipo peleado con el gol, encontró la gloria en dos remates impensables de Lora y Sangoy.

Los jugadores del Sporting empezaron el partido con más presencia de ánimo. Y con más disposición a jugar al fútbol que, por ejemplo, en la deprimente cita anterior en El Molinón, frente al Zaragoza. Por eso, con la ayuda de un Levante destensado y con algunos reservas, el primer cuarto de hora reconcilió al equipo con el poco público que no le abandonó.

El gol de Valdo definió la dinámica de los dos equipos: el de un Levante en racha, que necesita media oportunidad para marcar, y un Sporting con la defensa pendiente de un hilo. El centro llegó desde la derecha, la zona que defendía Canella. Con el 0-1 llegaron los primeros reproches de la grada, apagados gracias a la rápida réplica de Trejo, que finalizó con la clase que se le suponía y que apenas ha lucido esta temporada.

En la segunda parte se repitió el guion, pero el desenlace dejó descolocado a todo el mundo. Sobre todo a un Levante que acabó el partido en el área del Sporting y con un remate al larguero. La suerte sonrió al equipo desheredado de la fortuna y que, a la espera de un milagro, alarga su agonía.