Lorenzo no tiene fin

No hay sorpresas en MotoGP. Jorge Lorenzo no tiene fin. No tiene competencia. No tiene rivales. Y desconoce donde estará su límite esta temporada. Lleva cinco victorias de siete, y con la de Montmeló encadena tres consecutivas, algo que no había hecho nunca en sus tres años en la categoría reina. Salía desde la pole, con Pedrosa, en cuarta posición, clavándole los ojos en el cogote. Trató de alcanzarle el de Castellar del Vallés, que siempre hace salidas brillantes, y tropezó con un problema de frenos, se marchó largo, y perdió todas las opciones que con las que había soñado de proclamarse campeón en su casa.

A partir de entonces, solo su compañero de equipo en Honda, Andrea Dovizioso, pudo seguir el ritmo de Lorenzo, que al final se decantó por el neumático más blando: todos le imitaron. Excepto De Puniet, que terminó cuarto, por detrás de Pedrosa y Stoner. La pareja Lorenzo-Dovizioso tiró y tiró con una constancia envidiable hasta que un abismo les separó del resto. Entretanto, Pedrosa, que había caído a la novena posición, iba remontando; hasta que se colocó a rueda de Stoner. Un fallo del australiano, que se marchó largo en una curva, facilitó su escalada. Ya era tercero. Y, aunque, Stoner fue recortándole ventaja, defendió con uñas y dientes su posición. Hasta el final.

Sobretodo al saber que su compañero Dovizioso había purgado por la persecución al líder: rodaba tan al límite, para no dejar escapar a Lorenzo, que se fue al suelo. Se reincorporó, pero ya solo pudo ser penúltimo. Aquello sucedió a 10 vueltas para el final. El mallorquín, que había mantenido al italiano a escasas tres décimas, respiró tranquilo. Llegó a sacar 6,7 segundos a sus seguidores. Y es cada vez más líder. Cada día más campeón.