La Macarena se retira del culto para ser restaurada
Los trabajos para recuperar la imagen tras la fallida intervención se realizarán en la basílica desde este miércoles


“Esperamos que venga como estaba antes”. Es el deseo de Carmen Marcelo y Manuel Pino, hermanos de la Macarena que acaban de salir de ver a su virgen por última vez, antes de que esta noche sea retirada del culto para ser restaurada y que pueda recuperar el rostro que tenía la talla antes de la polémica y fallida intervención del pasado mes de junio. Como ellos, desde las 9.30 han estado desfilando devotos por el camarín de la virgen para despedirse de la imagen, todos con la misma esperanza de que “vuelva como tiene que volver”. Los trabajos para tratar de revertir las alteraciones que fueron constatadas por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), comenzarán este mismo miércoles, según han confirmado fuentes de la Hermandad. Hoy ha sido el último día en el que los sevillanos han podido contemplar el rostro alterado tras la polémica intervención que se llevó a cabo en el mes de junio y que fue cuestionada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).
De acuerdo con el informe que la entidad dependiente de la Junta de Andalucía elaboró para la hermandad, la talla del siglo XVII sufrió alteraciones en los párpados que modificaron la forma original de los ojos tras la intervención que la Hermandad encargó al profesor Francisco Arquillo, quien, según el IAPH, uso unas técnicas inadecuadas que provocaron alteraciones evidentes en la morfología original de la imagen. Los técnicos también apreciaron cambios en las manos de la virgen y determinaron que las lágrimas del rostro, que deberían ser traslúcidas, eran opacas por la aplicación de adhesivos inadecuados.
Pero la restauración, encomendada al experto Pedro Manzano, no solo se circunscribe a tratar de revertir las alteraciones provocadas por la intervención de Arquillo. El IAPH denunció en su informe el mal estado de conservación de la talla, que se remonta a mucho antes de este último y fallido retoque. Los técnicos advertían de la presencia de xilófagos y de una grieta que atraviesa todo el rostro de la virgen. Manzano, en una entrevista concedida a este diario, insistía en que la intervención que iba a realizar sobre la imagen, además de “necesaria y urgente”, debía ser, por toda esta acumulación de circunstancias, “integral”. “Hay que actuar sobre todos los aspectos que comprometen la estabilidad y la legibilidad de la imagen”, indicaba el restaurador.
La fallida intervención en la virgen, que, de acuerdo con el encargo realizado por la Hermandad debía ceñirse a una actuación de mantenimiento, encendió no solo a los devotos de La Macarena, sino a todos los sevillanos, por el carácter de símbolo -que trasciende de la creencia religiosa- que la imagen tiene para la ciudad. La indignación de los fieles y hermanos el sábado en el que se restauró al culto la imagen tras esa restauración, obligó a la cofradía a cortarle las pestañas durante el tiempo en que la basílica estuvo cerrada al público. Durante la noche, otro restaurador retocó las mejillas, devolviéndole en parte el tono rojizo que la caracteriza, unos retoques que aún soliviantaron más a los devotos, que el lunes se concentraron frente a la basílica pidiendo explicaciones.
Los trabajos de restauración, que se desarrollarán dentro de la basílica, tienen una duración prevista de tres meses, que podrían ampliarse hasta la Cuaresma, si bien Manzano ya advirtió a este diario que la actuación no estaría marcada por el calendario litúrgico. “Que tarde lo que tenga que tardar”, dicen Carmen y Manuel, aunque confían en que el restaurador habrá finalizado a tiempo y, lo más importante, habrá restituido la talla a como era antes.
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