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“Que empiece ya, que el público se va”: así es una tarde de plan familiar en el cine viendo ‘Padre no hay más que uno 5’

La franquicia de Santiago Segura llega a su quinta entrega y suma más de nueve millones de espectadores y una recaudación de más de 53 millones de euros

Proyección de la película 'Padre no hay más que uno 5' en los Cines Callao de Madrid, el 26 de junio de 2025.
Ana Marcos

La ola de calor ha dejado de ser una amenaza y a las seis de la tarde un termómetro a la entrada de Kinépolis, en Boadilla del Monte (Madrid), marca 36 grados. Ir al cine parece la mejor manera de superar el primer viernes sin colegio. Una familia con tres hijas entre cinco y 10 años intenta sacar las entradas en una de las máquinas de este megacomplejo cinematográfico que tiene hasta premio Guinness. “Es esa, papá, pincha en esa”, le dice Martina, la hermana mayor, a su padre mientras trata de descifrar cómo funciona el sistema sin éxito. “Nos toca en la sala más grande”, responde para intentar sumarse al entusiasmo de su hija, que identifica por su nombre a cada uno de los miembros de la familia de Padre no hay más que uno 5, la última entrega de la saga de Santiago Segura que revienta la recaudación cada verano desde 2019. Solo el jueves 26, día del estreno, sumó más de medio millón de euros y ya fue líder de taquilla. Según datos provisionales de ComScore, la empresa que audita las taquillas de cine, entre jueves y viernes superó el millón de euros.

Lo que aún no sabe este padre que, rendido, se va a buscar a un humano que le facilite las cinco entradas (algo más de 11 euros por persona), es que esta tarde la sala que ha sido reconocida como la más grande de España se parecerá más a una cámara frigorífica porque se ocuparán apenas unas 50 butacas de las mil disponibles. Muy pocos cuerpos para generar el calor suficiente que combata el potente aire acondicionado. La misma decepción se debieron llevar dos hermanas de ocho y 10 años, con un cubo de algodón de azúcar en la mano, que al entrar le gritaron a su madre: “¡Esto es gigante y se va a llenar!”.

Por el pasillo que distribuye las salas ya se percibe una clara división de espectadores: los chavales de más de 15 años sin sus progenitores y unos cuantos grupos de colegas entran a ver F1, la película. El resto de los menores enfila hacia la sala 25, que dispone de dos entradas, a ver si Javier García (Santiago Segura) y Marisa Loyola (Toni Acosta) consiguen echar de su casa a alguno de sus seis hijos o a esos satélites que se han acoplado a ellos durante las cuatro entregas anteriores. De ahí el subtítulo de la película, Nido repleto.

Calma Segura y Santiago Segura, en 'Padre no hay más que uno 5'.

A los 15 minutos de anuncios y tráileres de películas familiares, un padre grita: “Venga ya”, no queda claro si por la desesperación o por las ganas que sí demuestra su hija de cinco años, que se pone de pie y canta: “Que empiece ya, que el público se va”. No le da tiempo a terminar la canción cuando empieza la película. “Ueeee”, celebra.

A partir de este momento, el filme tiene tantas lecturas como tramos de edad hay entre el público. Se escuchan risas infantiles cada vez que la hija más pequeña de la película hace una broma o demuestra su perspicaz pillería. Resulta sencillo identificar las carcajadas de los padres y las madres; no solo por el tono, sino porque siempre sucederán a los chistes sobre el aspecto físico del personaje que interpreta Leo Harlem, los fallidos (y tal vez demasiado repetitivos) intentos de Segura por quitarse de encima a su suegro, su consuegra, su yerno y hasta a su madre. El personaje lo interpreta Loles León, que no falla para el público, aunque la sensación sea de déjà vu desde 2003, cuando apareció por primera vez en la serie Aquí no hay quien viva.

“Es una película costumbrista”, ha avisado Segura durante la promoción de esta entrega y las anteriores. La saga empezó explotando el género ya clásico de padres superados por las circunstancias (un par de ejemplos: Tres solteros y un biberón y Cariño, he encogido a los niños). Es decir, una trama sustentada en un hombre que desata el caos y la comedia al ser incapaz de responsabilizarse de los cuidados más básicos de sus hijos. El tópico cambia a partir de la segunda entrega, cuando se produce una suerte de deconstrucción del personaje del cineasta hacia una supuesta nueva masculinidad a partir de la que se despliegan más gags.

Proyección de la película 'Padre no hay más que uno 5' en los Cines Callao de Madrid, el 26 de junio de 2025.

“Estas películas triunfan no porque condenen a este personaje ni porque quieran desmontar este arquetipo, sino porque se ríen amablemente de él”, opina la columnista y guionista Paloma Rando, que defiende el contrapunto que Toni Acosta ha aportado a la franquicia: una madre que desde la primera entrega identificó en su marido a “un cuñado”. “Porque efectivamente lo era y porque la comedia necesita el conflicto”, explicaba la propia guionista de la saga, Marta González de Vega, en unas recientes declaraciones a EL PAÍS.

Segura ha afianzado un elenco que, además, permite a cada espectador encontrar su espejo en la pantalla. “La vinculación emocional de los niños con los personajes es clave en el éxito de esta saga”, continúa Rando. “Han pasado seis años desde el primer estreno, un tiempo que para un adulto puede ser menor, pero que para un niño puede suponer casi toda su infancia o incluso la entrada en la primera adolescencia. Han ido creciendo a la vez que los personajes. Eso es muy poderoso y tiene un efecto de enganche”.

La prueba está al final de la película: como en muchos filmes de Pixar, hay que quedarse sentado, aunque hayan encendido las luces, porque hay una sorpresa. En este caso, una sucesión de imágenes y vídeos que repasan momentos de las cinco entregas y una recopilación de fotos personales de los actores que muestran los significativos cambios que el tiempo produce en las más pequeñas, algunas de ellas ya adolescentes y adultas. “Esto genera una identidad y una vinculación que habla de una forma intergeneracional y acaba creando hábito”, afirma Pau Brunet, analista cinematográfico.

Proyección de la película 'Padre no hay más que uno 5' en los Cines Callao de Madrid, el 26 de junio de 2025.

Desde 2019, Segura ha llevado a las salas de España a más de nueve millones de personas y ha recaudado más de 53 millones de euros con esta franquicia. “Entre 2017 y 2024 las productoras españolas han conseguido desarrollar más de 50 películas familiares, tanto animadas como de imagen real, que han recaudado 224 millones de euros y vendido casi 37 millones de entradas”, ha calculado Brunet, “y la gran responsable de estos ingresos es la factoría Bowfinger, con Santiago Segura y María Luisa Gutiérrez a la cabeza. Juntos concentran nueve títulos que acumulan 86,6 millones de euros y casi 15 millones de entradas vendidas”.

El director de cine ha fiado el estreno de sus películas al inicio del verano, deviniéndose casi en evento de inauguración estival. “Se convierte en indicativo de temporada, como las películas de Navidad o Semana Santa”, apunta el analista cinematográfico, “y estas tradiciones funcionan muy bien no solo en España sino en todo el mundo”.

La familia García Loyola, con el representante que encarna Antonio Resines, en 'Padre no hay más que uno 5'.

La pantalla se va a negro y una potente luz entra por la puerta de salida pasadas las ocho de la tarde. Los dos hermanos que no han aguantado la película entera esperan al resto de su familia felicitándose por su hazaña: “Nos hemos escapado al baño y no nos han pillado”. Una abuela, desposeída ya de cualquier filtro, le dice a su nieta: “Menudo rollazo, ¿no te has dado cuenta de que me he dormido?”. Otra madre, aún no tan liberada por la edad y la seguridad que da tener una conciencia clara sobre la inevitabilidad del tiempo, le confiesa a sus dos hijos: “Esta ha sido la más rollo, pero ha estado bien”. El padre sigue con el refuerzo positivo y remata: “Y ahora, a por unas burgers”; para alegría de sus hijos.

Las familias tienen que cruzar el aparcamiento para volver a entrar en Kinépolis donde les esperan varios restaurantes de comida rápida. Otro día de vacaciones escolares superado.

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura. Forma parte del equipo de investigación de abusos en el cine. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional, además de participar en la fundación de Verne. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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