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Little Simz, cantante de hip-hop: “Mujer, joven y negra en Londres. Ese ha sido el combustible de mi música”

La artista repasa para EL PAÍS su éxito, su infancia en la capital británica y su nuevo disco, ‘Lotus’

Little Simz actuando en el festival inglés de  Glastonbury en junio de 2024.
Rafa de Miguel

“¿Quién es esta mujer que veo en el espejo?”, dice el verso de la canción Gorilla, uno de los himnos que han convertido a la rapera británica Little Simz (Londres, 31 años) en una leyenda urbana a la estela de su adorada Amy Winehouse. “Introvertida, pero no tímida. Mi arte será eterno. Yo no me pongo límites”, fluían el año pasado las estrofas en la garganta de Simbiatu Simbi Ajikawo en La Pirámide, el escenario central del festival inglés de Glastonbury. Donde actúan los artistas consagrados. Una hora de triunfo que hipnotizó a los miles de asistentes al concierto.

Es la misma mujer menuda, envuelta en una enorme sudadera negra, que recibe a EL PAÍS en una pequeña sala de las oficinas londinenses de Sony Music. Tiene ojos de pantera, pero transmite la humanidad de quien se ha criado en el universo multiétnico que fue un tiempo el barrio londinense de Islington.

“Vaya donde vaya, en esencia sigo siendo una chica de Londres. Algo áspera. Vengo de un barrio donde había una fuerte sensación de comunidad. Todo el mundo conocía a todo el mundo; la familia turca de la tienda de la esquina, los vecinos angoleño-portugueses que siempre estaban montando barbacoas, la tienda de la familia china…Toda esta mezcla de culturas creaba un vínculo muy sólido”, explica Little Simz para retratar la combinación que ha producido una voz tan original y propia como la suya. “Yo intento, a través de mi música, que todo esto sea muy intergeneracional. Que padres e hijos puedan escucharla juntos y se sientan parte de algo más grande que ellos mismos”, dice.

La cantante, el pasado 11 de abril en un concierto de Usher en Londres.

Tiene a sus espaldas 17 premios de la música, incluido el Brit a Mejor Artista Nuevo de 2022, o el Libera y el Mercury al mejor disco de hip-hop por su álbum Sometimes I Might Be Introvert. Es una de las musas de Miu Miu, la marca juvenil de la firma italiana Prada. Ha desfilado en la París Fashion Week. Ha tenido un importante papel en la aclamada serie de Netflix Top Boy, y ya de niña actuó en otros programas televisivos británicos como Spirit Warriors o Youngers.

Canta, escribe, desfila y le apasiona la fotografía. Pero la música es su primer vehículo de creatividad. Desde aquella vez, con 10 años, en la que su hermana mayor puso el disco de Lauryn Hill, The Miseducation of Lauryn Hill, y la pequeña Simbi descubrió que la música podía transmitir toneladas de sentimientos y alterar el estado de ánimo de quien la escuchaba.

Criada por su madre nigeriana, aprendió a frasear como sus ídolos del hip-hop, Lauryn Hill, Missy Elliott o Jay-Z, en el club juvenil St. Mary´s Youth Club, donde se escapaba cada tarde después de clase. Y sus propias experiencias vitales, en un barrio duro, le ayudaron a entender que su realidad estaba más conectada de lo que pudiera parecer con aquellas voces que llegaban del otro lado del Atlántico.

“Hay una experiencia compartida por el solo hecho de ser una persona negra, para ser sinceros. Hemos experimentado ciertas cosas, ciertas presiones, muy similares a las de esos artistas. Dos cosas pueden ser igual de ciertas a la vez. Puedes ser de un lugar distinto, y que tu experiencia sea diferente, pero puede haber algo en su música que te conecte a ellos. Cuando subo a un escenario y miro al público, puedo ver que muchos no tienen mi aspecto ni son de Islington. Y, sin embargo, algo en mi música resuena en ellos y les conecta a mí”, describe Little Simz.

Escucha con atención cada pregunta. Reflexiona su respuesta, pero no exhibe soberbia. Busca empatizar. Quiere demostrar la profesionalidad con la que aborda cada faceta de su vida. Su sexto álbum, Lotus, que saldrá el 6 de junio (aunque desde hace tiempo se puede disfrutar de adelantos como Young, Free o Flood), es una amalgama de post-punk, soul, jazz, bossa-nova y la propia personalidad de la artista, en versos áridos pero ritmos alegres. Procede de un periodo oscuro, en el que la desafiante niña de Islington se había convertido en una mujer con dudas, inseguridades y decepciones con una industria tiburón.

El disco suena a Miles Davis, a Nina Simone y a una Little Simz madura y consciente de su versatilidad y del peso de su voz.

Tiempo oscuro, disco luminoso

Cuando empecé a trabajar en Lotus estaba realmente perdida. Era un tiempo muy oscuro. Y, sin embargo, no es un álbum triste. De hecho, es muy bailable. He logrado sacar luz de la oscuridad y utilizar esa energía para lograr algo nuevo”, presume. Hay mensajes de compromiso social en una artista que rehúye la política pero no los problemas que la rodean. “Claro que hay cosas que me entristecen. Odio la injusticia. Odio las desigualdades. Todas esas cosas que, siendo una mujer joven y negra en Londres, he experimentado a la vez que crecía. Como que la policía te pare en medio de la calle y te registre sin más. No puedes dejar de preguntarte: ‘¿En serio te parece que tengo pinta de ser una amenaza?’. Todas estas experiencias han sido el combustible para mi música”, señala.

Little Simz el pasado 13 de mayo en la jornada de moda Gucci Cruise 2025 Fashion Show en la Tate Modern de Londres.

Practica la meditación, madruga para leer y conectarse en silencio con el mundo. Ama el deporte. Y es del Arsenal. El día anterior a la entrevista, su equipo había vapuleado al Real Madrid en el partido de ida de cuartos de la Champions League, y Little Simz se dio el gusto de reírse a carcajadas con la penuria de este corresponsal. Pero hasta de aquel partido, que fue a ver al estadio Emirates, sacó una reflexión: “Escuché todos esos abucheos de los míos cuando el Madrid tenía la pelota (imagino que será algo parecido cuando nosotros jugamos en el Bernabéu) y no podía dejar de pensar que se trataba de personas, y que nunca llegarás a saber cómo les afectan esos abucheos. Son muy jóvenes, algunos acaban de cumplir los 18 años”, señala. “No creo que sea algo normal. No es normal que un ser humano atraiga tanta atención. Evidentemente, hay niveles. Hay artistas que son muchísimo más conocidos que yo. En mi caso, procuro ser agradecida y entender que es algo que viene con el trabajo que haces”, admite.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.
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