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El alienígena multimillonario de Disney: la ‘Stitchmanía’ rompe la taquilla y llena tiendas de ropa y fiestas populares

‘Lilo y Stitch’ arrasa en salas, mientras el monstruo azul consigue licencias en numerosas cadenas. Su éxito apela a su adorabilidad y también a la nostalgia de los jóvenes que crecieron con él

Tienda de juguetes con muñecos de Stitch, Ángel y Leroy, las otras criaturas del universo 'Lilo y Stitch'.
Eneko Ruiz Jiménez

Stitch quiere colonizar tus sueños. Ahora que este alienígena azul y con malas pulgas está devorando las salas de cine, casi parece imposible que su tercera y última secuela animada tuviera que conformarse con un estreno directo a DVD allá por 2006. Porque, en realidad, Stitch nunca desapareció. Durante este tiempo, su peluche siempre mantuvo su sitio en las ferias de pueblos. Jamás podía faltar en la rifa… Era demasiado adorable para olvidarlo. Eso se ha traducido también en la pervivencia de este icono en las cuentas de Disney, incluso si su marca llevaba siete años sin producir contenido con su nombre.

En 2024, su merchandising todavía facturó para la compañía 2.600 millones de dólares (unos 2.270 millones de euros), según datos facilitados por Disney a EL PAÍS, creciendo desde los nada despreciables 200 millones de 2019, dos años después de que se lanzara su última serie de anime llegada de China. Incluso antes de su estreno en cine de carne y hueso, Lilo y Stitch ya era una de las 10 franquicias más beneficiosas para Disney. Ahora, con una película que camina con paso firme hacia los 1.000 millones de dólares (según los analistas de taquilla), su omnipresencia alcanza otro nivel.

En España, logró el mejor estreno del año con 5,7 millones de euros, y con dos millones de espectadores en un par de semanas, superará a Una película de Minecraft, líder de taquilla en 2025. El ritmo no pierde fuelle al convertirse en la cuarta película con mayor recaudación de la historia de La fiesta del cine. “Se ha convertido en una de las estrellas de la casa. Sus fans son variados, desde gente de 40 años que lo vieron en cines y se enamoraron a veinteañeros que lo vieron con sus padres y niños que la han visto 400 veces en Disney+”, explica el analista cinematográfico Pau Brunet.

Mientras que quizás Blancanieves ya no signifique nada para las nuevas generaciones (su última película ha recaudado 205 millones de dólares, un tercio de lo que lleva el alien), Stitch ha conectado con los niños y con quienes recuerdan su estreno en 2002 como una de las últimas películas de Disney en animación tradicional. A nadie le importa ya que esta historia hawaiana con música de Elvis (en la tienda del rancho Graceland también se venden hoy Stitch) naciera de la necesidad de Disney de comenzar a gastar menos en sus proyectos animados tras un bache con Atlantis y El planeta del tesoro. Ni que pasara tan baja en el radar que incluso evitaran la animación digital para no disparar los costes. Por ello tiraron de la magia y colores de la acuarela. No tenían presupuesto para dibujar sombras ni para animar dos camisas para Nani, la hermana de Lilo, contaba el director Chris Sanders en 2021 a Polygon.

De izquierda a derecha Chris Sanders, Billy Magnussen, Zach Galifianakis, Maia Kealoha, Sydney Agudong, Courtney B. Vance, Kaipo Dudoit, Amy Hill y, en el coche, Stitch en el estreno de 'Lilo y Stitch' en Los Ángeles.

El cineasta (y voz de Stitch en inglés desde entonces) simplemente había reciclado un personaje ideado en los ochenta para un libro infantil. Con eso, él y su equipo crearon su película sobre el duelo casi a escondidas en un nuevo estudio de Orlando, dentro del parque de atracciones de Disney en Florida. Era la familia (u ohana) de segundones en quienes los mandamases del estudio no debían fijarse, dado que creían que no les agradaría la sutil irrelevancia de este monstruito, verde en su origen. Pero no solo triplicó su presupuesto, con 273,1 millones en taquilla, sino que dio material para tres secuelas y otras tantas series. Pese a no contar con la relevancia cultural de otros clásicos como El rey león o más recientemente Frozen, creó a su alrededor toda una industria de lo adorable.

Quizás por esa falta de vigencia, su remake en acción real también empezó de tapadillo, ideado como una película original de Disney+, como La dama y el vagabundo o Pinocho de Robert Zemeckis, rápidamente olvidadas. Disney estaba más centrada en sacar jugo a sus clásicos antiguos. Por esa misma razón, abarató sus costes hasta los 100 millones de dólares. Hoy su contemporaneidad le ha ayudado a escapar de un debate recurrente: “Al contrario que Blancanieves o La sirenita, Stitch se salva los fuegos cruzados de la guerra cultural, porque la película ya era diversa, y no tenían que forzar máquinas”, recuerda Brunet.

Ese experimento 626 abandonado durante décadas se ha vuelto incluso icono de moda. Tiene licencias oficiales en Miniso, Lefties, Women’s Secret, Primark, Famosa, Pandora o Zara. Hay colonias, zapatillas, gafas, jabones, complementos para mascotas, leche Puleva, gazpacho Santa Teresa… con la cara de este personaje tan kawai (lo cuqui japonés) como Pikachu o Grogu (Baby Yoda). Stitch cuenta incluso con su réplica turística como personaje cutre de la Puerta del Sol del Madrid. El responsable de la división de productos de consumo de Disney en Iberia, Oriente Medio y África, Gonzalo Sanmartín, reconoce que “la demanda de Stitch se ha disparado desde 2020″, y que “solo en 2024, las ventas de sus juguetes en España aumentaron un 160%. Además, las cualidades y atributos distintivos del personaje permiten diseñar productos creativos a través del diseño y la innovación, lo que eleva aún más su popularidad”, defiende.

En las estanterías lo acompañan otros como Angel, la Stitch femenina y rosa de su serie de Disney Channel, que, sin todavía haberse presentado en la nueva saga, ya ocupa las tiendas con acuerdos con Disney. Vender muñecos es, al fin y al cabo, un punto fuerte. “Los grandes beneficios de la compañía son los parques, cruceros y licencias. Que haga una buena película es un bien colateral. Hoy el cine son eventos cruzados con merchandising, allí se duplican los ingresos de las salas. Y también piensan en el consumo en plataformas a largo plazo, donde cada vez priman más los anuncios”, repasa Brunet. A nadie se le escapa por qué Groot tendrá que seguir saliendo en las películas Marvel, o la razón por la que Star Wars seguirá creando criaturas y droides de ojos saltones y adorables.

En una escena del remake de Dumbo, de Tim Burton, un empresario mercantiliza al elefante vendiendo peluches como los que en la vida real exponen las tiendas Disney. Las reinvenciones de la compañía sirven en parte para eso. “Si no mantienes viva la propiedad intelectual antigua, no se recuerda”, explicaba Jerry Beck, historiador experto en animación y antiguo directivo de Disney TV, a EL PAÍS en 2019: “Cuando las nuevas generaciones van al parque y ven la atracción de Dumbo no lo conocen, ¿cómo lo hacen relevante? Así”. Por eso, tras lanzar un remake, los juguetes vuelven a circular sin cambiar demasiado de aspecto.

Paradójicamente, Stitch empezó sus andaduras como el malote de la compañía, el rebelde al que nadie quería, en anuncios donde destrozaba escenas míticas de Aladdín o Cenicienta. Este año, además de promocionarse en el campo de la Superbowl o colarse en el ensayo de Melody en Eurovisión, ha hecho lo propio con los superhéroes Thunderbolts. Ahora él es la estrella y dobla a los de Marvel en taquilla. También se ha vengado de Tom Cruise (Minority Report superó a la primera Lilo y Stitch en su primer fin de semana).

Stitch, como Minecraft, Del revés 2, Deadpool o Los Minions, acierta al apelar a los veinteañeros que crecieron con ellos, y para quienes la trillada moda ochentera no significa nada. “Revivir los 2000 es el nuevo paradigma. Traerá cosas buenas, es volver a unos orígenes de lo que hoy es woke, pero pasaba de forma positiva y orgánica. Creo que va a ser una época muy rica de reflexiones y el gran antídoto a la negrura política y la guerra cultural", anticipa Brunet.

Entrevistamos a Stitch.

Sigue los mismos pasos de Vaiana 2, que superó los mil millones en cines pese a ser ideada como serie de televisión. Nada casualmente, la princesa caribeña tendrá un remake en acción real en 2026. “Estrenando en cines dejas una huella en todo el mundo. Influyes en el streaming, las tiendas y los parques de atracciones. Es más difícil lograr eso desde la plataforma”, reconocía el copresidente de entretenimiento de Disney Alan Bergman a The New York Times. Ahora su fenómeno en salas ha empujado a que el resto de esta saga de hace dos décadas copen lo más visto de Disney+ día a día, generando 500 millones de horas de reproducción global, explica la compañía.

Las películas de Stitch en el top de Disney+ en España esta semana.

A estas alturas, alguien en los pasillos de Disney estará planteando otra secuela, pero se enfrentan a un problema: si esperan, Maia Kealoha, que interpreta a Lilo, representante de los niños en pantalla, crecerá demasiado. Es el único brete para este fenómeno dispuesto a seguir explotando su línea de montaje, colocando al bicho azul (y a los amigos multicolores que invite) en las estanterías del mundo, en todas las ferias del pueblo… hasta que todos quieran abrazarlo o hasta que su voz ronca cause pesadillas.

Los 'remakes' más taquilleros de los clásicos de Disney

Esta nueva era de aprovechar iconos modernos de Disney, ratifica a la empresa en su objetivo de reinventarlo todo en carne y hueso. El rey león (2019) de Jon Favreau sigue siendo, eso sí, la líder absoluta de estas regresiones plano a plano, con 1.600 millones de dólares recaudados, aunque La Bella y la BestiaAladdín y Alicia en el país de las maravillas también superaron con holgura la barrera de los mil millones de dólares. Dos semanas después de su estreno, Stitch tiene opciones de lograrlos, habiendo costado la mitad, y ya superando a La sirenitaCenicienta Dumbo. Desde la competencia, además, han entendido esta estrategia y Universal estrena en junio su versión con actores de Cómo entrenar a tu dragón (solo seis años después de la última película), historia creada también por Chris Sanders y Dean DeBlois, que tras Lilo y Stitch diseñaron otro icono adorable en el reptil Desdentado. "Y todo esto tiene potencial a secuelas. Horrible", anticipa Brunet: "Implica un cambio de narrativa que simplifica el imaginario, los colores, y la plasticidad de esos universos. Lilo y Stitch era un film en acuarelas, con colores muy únicos. Cuando las cosas se traducen para simplificarse entonces también se simplifica su experiencia y su impacto".

  1. El rey león (Jon Favreau, 2019): 1.456 millones de euros.
  2. La Bella y la Bestia (Bill Condon, 2017): 1.111 millones.
  3. Aladdín (Guy Ritchie, 2019): 923 millones.
  4. Alicia en el País de las maravillas (Tim Burton, 2010): 901 millones.
  5. El libro de la selva (Jon Favreau, 2016): 849 millones.
  6. Maléfica (Robert Stromberg, 2014): 667 millones.
  7. Mufasa: El rey león (Barry Jenkins, 2024): 635 millones.
  8. Lilo y Stitch (Dean Fleischer Camp, 2025): 549,17 millones.
  9. La sirenita (Rob Marshall, 2023): 500,8 millones
  10. Cenicienta (Kenneth Branagh, 2015): 477,9 millones.
  11. Maléfica: Maestra del mal (Joachim Rønning, 2019): 432,3 millones
  12. Dumbo (Tim Burton, 2019): 310,65 millones.
  13. 101 Dálmatas (John Hughes, 1996): 281,98 millones.
  14. Alicia a través del espejo (James Bobin, 2016): 263,61 millones.
  15. Cruella (Craig Gillespie, 2021): 198,55 millones
  16. Blancanieves (Marc Webb, 2025): 179,58 millones
  17. 102 Dálmatas (Kevin Lima, 2000): 161,45 millones.
  18. Peter y el dragón (David Lowery, 2016) 143,7 millones.
  19. Mulán (Niki Caro, 2020): 61,52 millones (estrenada en EE UU solo en Disney+).
  20. La dama y el vagabundo (Charlie Bean, 2019): directa a Disney+.
  21. Pinocho (Robert Zemeckis, 2022): directa a Disney+.
  22. Peter Pan y Wendy (David Lowery, 2023): directa a Disney+.

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Sobre la firma

Eneko Ruiz Jiménez
Se ha pasado años capeando fuegos en el equipo de redes sociales de EL PAÍS y ahora se dedica a hablar de cine, series, cómics y lo que se le ponga por medio desde la sección de Cultura. No sabe montar en bicicleta.
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