Seducción
'El mismo cielo' ofrece una radiografía de un régimen político totalitario, el de la RDA


Hay series que destripan los entresijos del poder con una eficacia tal que ya resultan imprescindibles para cualquier estudio historiográfico futuro. En pocas ocasiones como en El ala oeste de la Casa Blanca, por ejemplo, se ha facilitado más información sobre el quehacer cotidiano del staff presidencial estadounidense. ¿Se pueden entender los tejemanejes de la CIA sin ver Homeland? Difícilmente. Si se quiere analizar cómo funcionan los servicios informativos de la televisión será conveniente ver The Newsroom. Con El mismo cielo,la serie alemana cuya primera temporada está ahora en Movistar, lo que se ofrece, directa e indirectamente, es una radiografía a pie de calle de un régimen político totalitario, la República Democrática Alemana, en plena Guerra Fría.
En el verano de 1974, el carismático Willy Brandt dimite por el caso Guillaume, uno de sus hombres de confianza que en realidad no era sino un espía que había surgido del frío, como diría Le Carré. La policía secreta de la RDA, la Stasi, selecciona a uno de sus jóvenes cachorros para que se traslade a Berlín Occidental. ¿Su misión? Seducir a una funcionaria del servicio de inteligencia británico para obtener información. Es una de las tres historias que se entrelazan a lo largo de los seis capítulos de la serie. Un joven profesor homosexual que anhela evadirse del opresivo ambiente de Berlín Oriental y una adolescente seleccionada para competir en natación y a la que, como al resto del equipo, se le dopa inmisericordemente, completan la trama.
Oliver Hirschbiegel, director del largometraje El hundimiento, es el responsable de la realización de esta sólida serie que cuida con rigor la ambientación y el vestuario de un tiempo que ya parece lejano y que, sin embargo, estuvo a la vuelta de la esquina; un tiempo y un país en el que simplemente con mostrar la realidad se derrumban todas las fantasías del “hombre nuevo”, sepultadas por un cruel sistema represivo.
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