Corrosiva mirada
Hipólito G. Navarro ha reaparecido tras ocho años de silencio con 'La vuelta al día', un volumen de relatos

En algunas ocasiones, el primer cuento de un libro de relatos encierra una declaración metanarrativa. Eso creo apreciar en ‘El infierno portátil’, de La vuelta al día, volumen con el que Hipólito G. Navarro ha reaparecido tras ocho años de silencio. En él, un niño va al taller de su abuelo para ayudar con los ventiladores mecánicos de la fragua. También acuden dos monjas: la una sorda y la otra tonta. Esta y el niño se observan en silencio mientras aquélla y su abuelo se enzarzan en una discusión casi rutinaria. Lo sustancial está en esa escena que queda en un segundo plano.
Estos desdoblamientos se alcanzan en otras historias a partir de la proyección de un suceso en un doble tiempo, como sucede en ‘Tantas veces huérfano’, en el que un anciano recluido en una residencia revive los veranos de la niñez y la tragedia que los clausuró, evocación que, al sesgo de una memoria borrosa, propicia una serie de variaciones en la cadena de sucesos y su desenlace. La repetición del inicio de este relato en el siguiente —‘Rifa’— dispara nuevas posibles interpretaciones. A fin de cuentas, en ambas historias Hipólito G. Navarro habla, indirectamente, del arte de la ficción.
En esa línea narrativa se encuentra asimismo ‘Los artistas cautivos’, una historia luminosa, más lúdica. Igual que en ‘La nota azul’, donde desde el círculo parisiense de Chopin saltamos hasta Pink Floyd.
Hay otros cuentos más lineales, ceñidos a un solo hecho —la espera ante una cita, el momento de abandonar la cárcel o el de encender una fogata—, que se resuelven en un arabesco bufo, caso de este último, o se disuelve en perturbadoras ondas de filiación onírica. Todo al servicio de la sugerencia, o de la transgresión, como sucede en ‘Verruga Sánchez’, ‘Ligamentos’ y ‘La estampa del timo’, donde H. G. Navarro proyecta su corrosiva mirada sobre la condición humana, trátese de la maraña de sentimientos amorosos o de una deformidad física, que se aborda con un humor destilado.
Al escritor onubense lo han comparado, por este y otros rasgos, con Beckett, Cortázar y Monterroso. Ahora yo creo haber sorprendido ecos de Gogol.
La vuelta al día. Hipólito G. Navarro. Páginas de Espuma, 2016. 256 páginas. 17 euros
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