Un drama fraternal gana el premio de novela juvenil La Caixa / Plataforma

A la tercera va la vencida. Así ha sido para Clara Cortés (Colmenar Viejo, Madrid, 1996), que ya había participado en las dos primeras ediciones del Premio Literario de Novela Juvenil La Caixa / Plataforma, sin éxito. Ahora, su drama fraternal Al final de la calle 118 ha conseguido el galardón, que incluye la publicación del libro (prevista para mayo) y 3.000 euros, que —dice— probablemente usará para pagar la universidad. “O a lo mejor me voy a estudiar fuera este verano”, sueña la joven de 18 años.

A esta estudiante de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid se le ocurrió la historia de dos hermanas huérfanas que deben arreglárselas para sobrevivir en el verano de 2012, cuando vio a un chico tocando la guitarra en Francia rodeado de niños. Valeria trata de abrirse camino como modelo, y Raven, la mayor, vende su cuerpo. Ellas y un tercer personaje llamado Simón son los protagonistas del relato que resaltó por las constantes discusiones entre las hermanas, la construcción de un drama inteligente y el buen uso del monólogo interior.

El jurado, formado por el escritor Francesc Miralles y el director de Plataforma Editorial Jordi Nadal, recibió 199 novelas de 10 países distintos, todas escritas por autores de entre 14 y 25 años, probando así que el interés por la escritura empieza temprano.

“Yo participé porque este es uno de los dos o tres concursos a los que puedo presentarme”, cuenta Cortés, que ha querido ser escritora desde pequeña. Logrará su sueño de convertirse en una autora publicada en mayo, gracias al sello Plataforma Neo, que también publicará el texto de la madrileña Alba Quintas, de 20 años, en junio. Su novela, La chica del león negro, consiguió un premio extraordinario del jurado al tratar temas como la creación artística y la locura con una historia que sumerge al lector en Némesis, un mundo gobernado por los horrores de la mente humana.

“Ya nos conocíamos”, cuenta Cortés sobre Quintas: “Ella ganó el Premio Literario Jordi Sierra i Fabra en 2012, y yo también había participado. Y nos movemos por los mismos círculos”. Entonces describe un mundillo de jóvenes blogueros literarios, que producen textos constantemente y buscan la manera de hacer de la narrativa su carrera. Tras dos intentos, ha logrado hacerlo.