Drama, abogados, ambición y vida

No se deje engañar por las apariencias: The Good Wife no es otra serie de abogados. La historia, que ya va por su sexta temporada —la que arrancaba la semana pasada en Fox Life—, es mucho más. Es uno de los mejores dramas (o el mejor) de la actualidad y, al tiempo, es alta comedia. Es una sucesión de casos individuales y varias tramas de fondo. Es una serie capaz de reinventarse continuamente y de sobrevivir a pesar de los obstáculos que encuentre. Es una producción con 22 o 23 capítulos por temporada que se hace corta y que en los últimos años no se baja de los puestos más altos de las listas de series de obligado seguimiento. The Good Wife es lujo, poder, ambición y la vida. Todo a la vez.

¿Su secreto? Uno de ellos son sus guiones impecables. El matrimonio formado por Robert y Michelle King es su máximo responsable. Otra de las claves es la relación tan próxima que mantienen sus tramas con la actualidad. Y, por supuesto, los personajes, tanto los que están en la primera línea como los secundarios. Todos están tratados con esmero por los responsables de la serie y por unos actores que, gracias a ellos, tienen la oportunidad de brillar. Y, mientras, Alicia Florrick, esa buena esposa del título, crece más y más, y ya no hay quién la pare.

En la sexta temporada, la serie tiene el reto de reinventarse —otra vez— tras los terremotos que sacudieron sus cimientos en la entrega anterior. Pero sus seguidores ya saben a qué se enfrentan: con The Good Wife no se la juegan. Siempre dará la talla. Larga vida a Alicia Florrick y al matrimonio King.