Las grandes figuras vetan a la empresa de la Maestranza

Cinco reconocidas figuras del toreo actual -Morante de la Puebla, El Juli, Manzanares, Perera y Talavante- han hecho pública su decisión de no anunciarse en la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla en la temporada de 2014 mientras que los empresarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia, representantes de la empresa Pagés, rijan los destinos de la misma. Así lo han hecho saber en un comunicado conjunto entregado al teniente de Hermano Mayor de la Maestranza de Caballería de Sevilla, propietaria del coso.

Esta sería la respuesta de estos toreros a unas recientes declaraciones de los gerentes sevillanos en relación a las dificultades económicas que está padeciendo el sector en estos momentos. Canorea y Valencia denunciaron la intransigencia y la pasividad de todos los integrantes de la fiesta para afrontar la crisis económica y establecer una estrategia de futuro.

"Si la fiesta no se cuida, morirá. ¿Dónde están Manzanares, Morante, El Juli, Perera..? Algunos de ellos en el limbo, y si estos señores no bajan a la tierra, esto se acabará. Y no harán falta los antitaurinos, porque los taurinos somos como los alacranes, que nos damos picotazos a nosotros mismos". Así de contundentes se mostraron los empresarios, quienes, en un lenguaje escasamente diplomático, exigieron un replanteamiento general de la fiesta y alertaron del dramático momento actual. "Los bolsillos están secos, y la necesaria reducción del precio de la entradas no es posible si no bajan los costes de la fiesta", añadieron. Canorea y Valencia expresaron tanta desesperanza ante el futuro que llegaron a afirmar: "Estamos instalados en el reino de la locura".

Criticaron con dureza la "intransigente" actitud de los representantes de la Unión de Matadores, reclamaron la presencia de las figuras en las negociaciones entre los matadores y los empresarios, y recordaron que volverán a intentar la contratación de José Tomás, aunque lanzaron un mensaje que no deja lugar a equívocos: "Si quiere la recaudación, que se vaya a Senegal".

Ante estas declaraciones, las cinco figuras taurinas firmantes del comunicado señalan que no volverán a Sevilla hasta que la plaza "recupere su identidad y se respete a los toreros y a sus representantes".

Queda claro, una vez más, que los taurinos conforman una jaula de grillos en la que, por encima de todo, prevalecen los intereses particulares. Y lo que es peor: que todo queda reducido a un problema de dinero. A estas grandes figuras no parece preocuparles la dramática situación de la fiesta, sino el respeto debido a los toreros, que tiene el color de los euros.

Quizá, los empresarios sevillanos no midieron adecuadamente sus palabras, pero, al margen de algún exabrupto verbal, no dijeron más que lo que el aficionado de a pie piensa sobre el presente y el futuro de la fiesta de los toros. Llama la atención, además, que la respuesta de los toreros suene a pataleta infantil y a burda amenaza cuando ellos saben mejor que nadie que "la identidad perdida" se recupera con un cero más en el cheque.

Los empresarios sevillanos no abandonarán la plaza ante el requerimiento de los toreros, y estos saben que el mejor cartel de la feria de Sevilla es la propia feria. Es hora, pues, de abandonar enfados pueriles y ponerse a trabajar, porque son muchos los problemas que auguran de verdad un porvenir incierto.