Maribel Verdú, en la cúspide

¿Qué actriz no jugó cuando era niña a ser la bruja de Blancanieves y los siete enanitos? ¿Qué actriz no vendería su alma al diablo ahora por interpretarla profesionalmente? Charlize Theron y Julia Roberts, nada menos, lo han hecho este curso… en películas que rozan lo infame. Pero también Maribel Verdú, en uno de los éxitos españoles de la temporada. Ese rostro afilado que le ha dado la madurez parecía perfecto para el reto. También esa voz acompasada, de perfecta dicción, casi grave. ¿Voz, qué voz? Pero si la Blancanieves de Pablo Berger es muda. Y sin embargo, paradójicamente, incluso esa forma de hablar de Maribel es perfecta para el papel, aunque no se oiga una mosca. Siempre con la boca muy abierta, casi rozándose las orejas con las comisuras de los labios; en cada frase, con cada amenaza, con su falsa sonrisa de enamorada. Con 42 años, Verdú parece en la cúspide de su carrera. A su Blancanieves, este año hay que unir su papel en Fin, de Jorge Torregrossa. En la encuesta de EL PAÍS ha ganado casi en el último sprint a Naomi Watts, una actriz de su misma generación. Como ella, plena naturalidad: en sus interpretaciones, en su físico, en su rostro.