The Weeknd, 'Echoes of silence'

Aparte de alumbrar grandes discos, Drake, James Blake y Janelle Monáe pueden colgarse la medalla de haber rescatado al R&B de la ñoñería y la sobreproducción gratuita en la que estaban atrapados. Y ya puestos, caso del primer nombre del triunvirato de arriba, haber allanado el camino para talentos como el canadiense Abel Tesfaye. Otro ejemplo de precocidad que, con este álbum y sólo 21 años, cierra una deslumbrante trilogía lanzada en apenas nueve meses (de descarga gratuita en su propia web) con otro ejercicio de pornografía emocional entre la suciedad de Tricky y lo cristalino de The XX.

Tras haber vencido las resistencias del público indie hacia el género con sus samples de Beach House o Cocteau Twins, ahora le da por abrir el telón ensuciando, y con un par, el Dirty Diana de Michael Jackson para cerrarlo con una desgarradora pieza para acompañar funerales. Durante este tortuoso camino, letras aún más afinadas sobre la cara B del hedonismo, llámese drogas, noches sin sentido y sexo hueco como metáforas de la auto-destrucción. Y como en sus dos trabajos previos, sobrecogedores diálogos entre sintetizadores y falsettos de una voz magnética barnizado por una producción a veces barroca, otras mínima, pero siempre impecable. Si te apetece hundirte en la miseria sin perder el estilo, aquí tienes tu banda sonora.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.