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Las altas temperaturas disparan la contaminación por ozono troposférico en España

El servicio europeo Copernicus y la ONG Ecologistas en Acción advierten del inusual aumento de este contaminante en primavera y prevén que el verano sea uno de los peores

Panorámicas de Barcelona desde el Mirador de Torre Baró, a 12 de diciembre de 2024, en Barcelona, Cataluña.
Francesca Raffo

Todo el mundo en España ya es muy consciente de la llegada del calor. De hecho, este mes se perfila como el junio más cálido desde 1961, cuando se inició el registro, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Pero lo que no se percibe de forma tan clara es que, con el incremento de las altas temperaturas, también suben los niveles de ozono troposférico (O3), uno de los contaminantes de aire más problemáticos. Así lo ha advertido este lunes Miguel Ángel Ceballos, coordinador del informe La calidad del aire en el Estado español durante 2024, presentado hoy por Ecologistas en Acción: “El hecho de que se alcancen temperaturas tan altas, sin haber llegado el verano, provoca un incremento de los niveles de ozono”.

Ceballos explica que, en la primavera que acaba de terminar “es uno de los peores años, de lo que llevamos en mayo y junio”. Dadas las previsiones sobre el calor en julio y agosto, indica, la situación podría empeorar. Es probable que durante el verano se produzcan numerosas alertas por los altos niveles de ozono en el territorio, añade.

El aumento de este contaminante es frecuente en los meses de julio o agosto, sin embargo, son inusuales los “episodios de esta intensidad tan temprano en la temporada”, ha indicado también el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea (UE), en una nota de prensa. Copernicus detectó varios episodios de altos niveles de contaminación por ozono en Europa (con excepción de los países de la península escandinava) asociados a las altas temperaturas registradas este mes.

El ozono a nivel del suelo está estrechamente relacionado con el calor y la radiación solar. A diferencia de otros gases contaminantes que se emiten directamente por fuentes naturales o humanas —como los generados por chimeneas o la quema de combustibles—, el ozono no se emite como tal. Para que se forme, es necesario que se produzca una reacción química entre ciertos contaminantes y la radiación ultravioleta del sol, que aumenta durante los meses de verano.

Las altas concentraciones de ozono troposférico, a nivel del suelo, pueden causar problemas respiratorios, irritación en ojos y garganta y agravar enfermedades respiratorias como el asma. Ceballos indica: “Cuando hay un episodio de elevada contaminación, quienes padecen una enfermedad cardiovascular o respiratoria, muchas veces, tienen que acudir a las urgencias sanitarias”.

Los grupos vulnerables, como los niños, los adultos mayores, quienes sufren de enfermedades cardiorrespiratorias y las embarazadas, deben protegerse y seguir las mismas recomendaciones que cuando hay alerta por calor, explica Ceballos.

En junio se han registrado alertas por ozono en el País Vasco, Madrid y Cataluña. Sin embargo, desde Ecologistas en Acción critican que las autonomías no avisan de manera correcta para que la población tome medidas preventivas. Además, reclaman que muchas ciudades no tienen planes de acción ante los picos de este contaminante en el ambiente.

El año pasado, el ozono troposférico también fue un problema. Según el informe La calidad del aire en el Estado español durante 2024, donde recogen datos de 790 redes de medición de la contaminación en todo España: “El ozono sigue siendo el contaminante que presenta una mayor extensión y el más estrechamente ligado al cambio climático”.

Madrid fue la ciudad más afectada por el ozono el año pasado. En España, durante los meses de calor más extremo en julio y agosto, en 11 zonas ―seis de ellas en la capital― se superó el límite legal vigente de ozono, un límite que Ecologistas en Acción considera completamente obsoleto. Teniendo en cuenta la nueva normativa de la Unión Europea al 2030 (que todavía está pendiente de trasposición a la legislación nacional), se superó en ocho zonas más, es decir, 19 en total. Las personas más afectadas son quienes viven en las periferias y las zonas rurales influenciadas por la contaminación urbana, explica Ceballos.

Este contaminante también afecta la vegetación, pues debilita las platas y reduce la productividad vegetal y el rendimiento del cultivo. Según el informe, en 2024 la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación aumentó, tomando en cuenta los indicadores de la Unión Europea para el 2030, hasta los 410.000 kilómetros cuadrados, un 81,2% del territorio español.

Las cifras que publica el informe sobre el ozono troposférico corresponden al promedio entre 2022, 2023 y 2024 (precisamente los más cálidos), ya que este gas contaminante se evalúa cada tres años y no anualmente como los otros.

Calidad de aire mejora con respecto a 2023

Pese a estos episodios, la calidad del aire en España mejoró en 2024 con respecto a 2023 y los años anteriores a la pandemia, con una reducción significativa de los niveles de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico, en porcentajes que oscilan entre el 7% y 36%, respecto a los promedios del periodo 2012-2019.

Según los ecologistas, el motivo de esta mejora está relacionada con la evolución del sistema energético: el año pasado se produjo, por primera vez, más electricidad renovable que mediante energías convencionales, y en las ciudades avanzan los automóviles no contaminantes.

Sin embargo, no se puede cantar victoria. Y es que en 2024, todavía un 63,7% de la población (30,9 millones de personas) respiró aire contaminado, según los nuevos valores límite aprobados para el 2030 por la Unión Europea. Bajo los parámetros actuales, el 17,2% estuvo afectado por la contaminación.

Si se toma en cuenta los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuales son bastante más estrictos que los de la UE, toda la población de España habría respirado un aire que supera los límites de la contaminación en 2024.

La contaminación del aire preocupa porque tiene consecuencias graves en la población. El informe rescata que en 2022 fallecieron prematuramente hasta 30.000 personas en España por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). 10.000 de ellas en episodios de alta contaminación, según el Instituto de Salud Carlos III.

El progreso en 2024 ha sido, de todas formas, desigual por territorios, según el informe. Por ejemplo, en Canarias las partículas respirables (PM10) presentaron la tercera peor situación de la última década en todo el país, superando, en la mayoría de las estaciones, el valor límite según la normativa nacional vigente. Ceballos explica que esto sucede por la proximidad de Canarias al continente africano, de donde llega la intrusión de polvo del norte de ese continente.

Desde Ecologistas en Acción critican que, durante los episodios de alerta por contaminación del aire en 2024, las comunidades autónomas no informaron adecuadamente a la población, lo que dificultó que las personas pudieran tomar medidas para proteger su salud.

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Sobre la firma

Francesca Raffo
Peruana. Periodista. Escribe en la sección de Sociedad. Antes lo hizo en El Comercio (Lima), donde desarrolló parte de su trabajo en temas sociales, salud y educación. Actualmente cursa el máster de periodismo UAM - El País.
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