El primer trasplante de un pulmón animal en el pecho de una persona funciona durante nueve días
Una empresa china, autodenominada “la fábrica de órganos del futuro”, ha humanizado un cerdo mediante ingeniería genética para facilitar el injerto, realizado a un hombre en muerte cerebral


Un hombre de 39 años en muerte cerebral en un hospital chino ha sido la primera persona del mundo en recibir un trasplante de pulmón de un animal de otra especie. El órgano, de cerdo modificado genéticamente para evitar el rechazo, funcionó durante nueve días, hasta que la familia del paciente pidió finalizar el experimento. Los científicos, de la Universidad Médica de Cantón, sostienen que su intervención “demuestra la viabilidad” de este tratamiento, pese a reconocer que todavía quedan “importantes desafíos” por resolver. Una empresa china, Clonorgan Biotechnology, ha sido la encargada de humanizar el pulmón de cerdo para permitir su aceptación por el cuerpo humano. El objetivo declarado de la compañía es convertirse en “la fábrica de órganos del futuro”.
Los inicios de los trasplantes de animales a personas ―conocidos como xenotrasplantes― fueron muy accidentados. El primero lo realizó en 1906 el cirujano francés Mathieu Jaboulay, implantando un riñón de cerdo en el codo de una mujer de 48 años, sin éxito. En 1909, el alemán Ernst Unger trasplantó un riñón de mono al muslo de una paciente de 21 años, que murió al segundo día. Tras unos años de pruebas a la desesperada, la investigación se abandonó durante décadas. La aparición en 2012 de la revolucionaria técnica CRISPR, una especie de tijeras moleculares que editan fácilmente el ADN, inauguró una nueva etapa. En enero de 2022, el estadounidense David Bennett se convirtió en el primer ser humano que vivía con un corazón de cerdo latiendo en su pecho, pero falleció dos meses después con un polizón inesperado: un citomegalovirus porcino.
La empresa china Clonorgan Biotechnology ha utilizado la herramienta CRISPR para modificar genéticamente un cerdo de la raza Bama Xiang, característica de una región montañosa del sur del país. La compañía empleó la técnica para insertar tres genes humanos y silenciar otros tres porcinos, con el fin de evitar el rechazo del órgano. El cerdo donante, un macho de 70 kilos, se crio además en total aislamiento y en condiciones estrictas de bioseguridad, para impedir su contacto con patógenos. Los resultados de la operación, realizada el 15 de mayo de 2024, se revelan este lunes en la revista especializada Nature Medicine.
Los responsables del experimento reconocen sus limitaciones. El hombre de Cantón llevaba 16 días con una gravísima hemorragia cerebral, pero mantenía su pulmón derecho, lo que podría haber influido en la funcionalidad de su nuevo pulmón izquierdo de origen porcino. Uno de los líderes de la investigación, el cirujano Xin Xu, detalla los obstáculos. “Nuestro objetivo es crear un camino científico riguroso hacia un xenotrasplante pulmonar seguro y duradero, pero hoy no estamos clínicamente preparados”, explica a EL PAÍS. “Planeamos más experimentos en personas en muerte cerebral. Quedan muchos temas clave por abordar, como probar el trasplante de los dos pulmones, evaluar órganos de cerdo con ediciones genéticas más específicas y refinar los regímenes inmunosupresores [las combinaciones de medicamentos que se administran a un paciente para evitar que su propio sistema inmune ataque el órgano trasplantado]”, detalla Xu. Entre los firmantes del estudio figuran Dengke Pan, fundador de Clonorgan Biotechnology, y el cirujano Jianxing He, referente del trasplante pulmonar en China.
El trasplante a David Bennett en 2022, con un corazón de cerdo modificado genéticamente por la empresa estadounidense Revivicor, abrió una etapa de esperanza. El propio Bennett se lo tomó con humor cuando le propusieron recibir un órgano porcino. “¿Haré oinc, oinc?”, le preguntó a su cirujano, del Centro Médico de la Universidad de Maryland. El segundo receptor de un corazón de cerdo, el también estadounidense Lawrence Faucette, murió seis semanas después de recibirlo, por un rechazo. También en Estados Unidos, Rick Slayman, primer paciente vivo con un trasplante de riñón de cerdo modificado genéticamente, murió a los dos meses de la intervención, en mayo de 2024, pero sus médicos atribuyeron el fallecimiento a un problema cardiaco. Dos meses antes, cirujanos de un hospital militar de la ciudad china de Xian trasplantaron por primera vez un hígado de cerdo transgénico a una persona, un hombre de 50 años en muerte cerebral. El hígado porcino también era de la empresa Clonorgan Biotechnology, con sede en Chengdú.
El pulmón ha sido el último en sumarse a esta lista porque es uno de los órganos más difíciles de trasplantar, al estar permanentemente expuesto al aire y sus patógenos. El cirujano indio Dhani Ram Baruah anunció en enero de 1997 que había injertado un corazón y dos pulmones de cerdo a un hombre de 32 años, Purna Saikia, que falleció una semana después. El especialista fue detenido y acusado de homicidio por ello, pero el escepticismo rodea aquella intervención. La revista de la Sociedad de Cirujanos Torácicos de Estados Unidos no incluye aquella supuesta operación de injerto pulmonar en su repaso de la historia de los xenotrasplantes. El hombre de 39 años del hospital de Cantón sería entonces la primera persona con un pulmón animal en su pecho, aunque en estado de muerte cerebral.
El cirujano español Pablo Ramírez, del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, ha solicitado autorización para hacer un ensayo en el que su equipo trasplantaría hígados de cerdo, modificados genéticamente en la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), a tres personas con fallo hepático fulminante, durante unos días, hasta que estuvieran disponibles hígados humanos de donantes fallecidos. Ramírez aplaude el nuevo estudio del equipo chino. “La relevancia científica de esta publicación es que demuestra, por primera vez en la historia de la medicina, que un pulmón de cerdo politransgénico, con genes humanos, puede funcionar adecuadamente al menos durante nueve días en una persona”, celebra.
Ramírez destaca que el órgano porcino no provocó en el hombre de Cantón un rechazo hiperagudo, que es la modalidad más grave de reacción inmunitaria del cuerpo humano frente a un trasplante de otra especie. Sin embargo, advierte el cirujano español, la persona en muerte cerebral sí presentó al tercer día otro tipo de rechazo, mediado por anticuerpos, que los médicos chinos controlaron mediante fármacos que disminuyen las defensas. Para Ramírez, el “impecable diseño” del experimento chino ha iluminado los mecanismos del rechazo y permitirá proponer nuevas estrategias de modificaciones genéticas de los cerdos donantes. En su página web, la empresa china Clonorgan Biotechnology recalca su objetivo: “Convertirnos en el líder mundial en la industria de donantes de cerdos para uso médico”. Solo en España hay unas 800 personas en la lista de espera de trasplante pulmonar.
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