Ricardo Gareca renuncia como entrenador de Chile tras su fracaso en las eliminatorias para el Mundial de 2026

La larga agonía ha terminado. Este martes, y en medio de las críticas y de la decepción de un ambiente futbolístico que confió en su larga y exitosa carrera, el entrenador argentino Ricardo Alberto Gareca (Buenos Aires, 67 años) ha renunciado a la selección chilena, equipo con el que ha fracasado tras lograr apenas una victoria en los partidos oficiales. La salida del Tigre se ha precipitado tras la derrota ante Bolivia (0-2) en El Alto, por las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026. La Roja ha quedado en el último lugar de la clasificación continental para llegar hasta el torneo que se disputará en Canadá, Estados Unidos y México, con lo que ha certificado su eliminación. Es la tercera Copa del Mundo consecutiva a la que los chilenos no asistirán.

En la rueda de prensa posterior a la derrota ante los bolivianos, Gareca ha agradecido a los directivos del fútbol chileno y ha negado que su salida se explique por un factor económico. “Tuvimos una reunión en el vestuario con los dirigentes, con todos y luego con los jugadores y la delegación. Les comunicamos que queríamos descomprimir esto. Quiero agradecer a todos por el respaldo. Quiero dejar en claro que nunca hubo un tema económico. Simplemente era ponernos de acuerdo”, ha dicho. El argentino ha destacado su paso por el país sudamericano a pesar del fallido proceso. “Me llevo una gran imagen en todo aspecto. No vimos resultados. Lamentablemente Chile está en una situación que nadie hubiese deseado. Deportivamente también es un golpe duro para mí, me tendré que levantar como Chile se tendrá que levantar”, ha expresado.

La continuidad del entrenador en la selección era insostenible, pero su salida se transformó en un trámite complejo. La Federación de Fútbol de Chile, presidida por el dirigente Pablo Milad —que también ejerce como el líder de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), la organizadora de los torneos profesionales del país sudamericano— debía pagar una indemnización de tres millones de dólares si ejecutaba la destitución. Por lo mismo, la directiva chilena esperó por un gesto de parte del argentino para concretar su salida, el que nunca llegó. La dirigencia chilena tenía como una alternativa la activación de una cláusula de su contrato que establecía el despido inmediato cuando la selección quedara sin opciones matemáticas para clasificar. Finalmente, el propio Gareca ha decidido renunciar y se ha despedido de los futbolistas en los vestuarios del estadio en El Alto.

Milad ha entregado una breve evaluación sobre el paso del argentino por el banquillo de la Roja y ha evitado asumir la responsabilidad directa del nuevo fracaso deportivo. “La autocrítica que uno puede hacer es que no resultó el proyecto de un técnico que queríamos todos, que era el mejor del mercado en su momento”, ha dicho. El presidente de la federación chilena ha aclarado que el reemplazante de Gareca será definido por el próximo gerente deportivo de la selección —que aún no ha sido designado— y con asesores externos. Este nuevo entrenador deberá dirigir a Chile en los dos partidos restantes ante Brasil y Uruguay, que se disputarán en septiembre.

Ricardo Gareca llegó a Chile antecedido del exitoso proceso que encabezó con la selección de Perú, a la que clasificó al Mundial de Rusia 2018 y donde consiguió el estatus de ídolo por parte de la afición local. Antes de llegar a Santiago de Chile, el técnico venía de dirigir al club argentino Vélez Sarsfield, donde cosechó un mal rendimiento.

El argentino fue presentado como nuevo entrenador de la Roja el 24 de enero de 2024. Su primer partido al mando de Chile fue un amistoso ante Albania, que terminó con una victoria (3-0) que dejó una buena impresión en la afición. Su primer gran desafío oficial fue la Copa América. El entrenador había reconocido que su prioridad no era este torneo y que trabajaría con intensidad por la clasificación al Mundial. Decepcionó al no ganar ningún encuentro en el grupo A, en donde enfrentó a Argentina, Perú y Canadá. La opacidad del equipo se extendió a las eliminatorias, donde anotó cuatro derrotas consecutivas; la peor de todas ocurrió el 10 de septiembre, cuando Chile cayó por primera vez ante Bolivia (1-2) como local en Santiago. La única victoria obtenida por Gareca con Chile fue ante Venezuela (4-2), el 19 de noviembre del año pasado.

La etapa del entrenador al mando de la selección de Chile estuvo marcada por los intentos de renovación y ensayos con un plantel escaso de alternativas ante el paulatino retiro de la llamada generación dorada, el plantel que ganó la Copa América 2015 y la Copa América Centenario 2016. Una de las salidas más controversiales fue la del centrocampista Arturo Vidal, que finalmente volvió para el cierre de la temporada 2024. A ello se sumó el retiro del portero Claudio Bravo, el capitán de la exitosa era dorada.

La salida de Ricardo Gareca ha añadido un capítulo más en la crisis del fútbol de Chile. Tras una era brillante que se extendió entre los años 2008 y 2016, el equipo se ha estancado. La eliminación de las clasificatorias para el Mundial de Rusia de 2018, al Mundial de Qatar de 2022, y ahora al Mundial de Canadá, Estados Unidos y México de 2026, ha dejado en evidencia el declive. La dirigencia chilena intentó revitalizar a la escuadra nacional contratando a varios entrenadores de distinto estilo. El colombiano Reinaldo Rueda (2018-2020); el uruguayo Martín Lasarte (2021-2022); y el argentino Eduardo Berizzo (2022-2023) no lograron sacar a los jugadores de la mediocridad.