Una jugosa horterada

Aún no ha abierto sus puertas, pero su ideólogo lo tiene claro: “Queremos convertir El Hortera en un lugar de culto en Madrid”, dice Iñaki Fernández, de 36 años. Sabe de lo que habla: se dedica al espectáculo —está al frente de la productora Let's Go, responsable de The Hole o La Familia Addams— y es el impulsor de la discoteca Medias Puri. Pero en su nuevo proyecto, además de lo kitsch (como evidencia el nombre y la decoración) la gastronomía es clave.

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Por un lado se ha hecho con el local que hasta hace poco ocupaba el restaurante La capilla de la Bolsa (calle de la Bolsa, 12). Por otro, ha contado con el savoire fair de Javier Aranda, cocinero de 29 años y con dos estrellas Michelin en la capital —una en Gaytán y otra en La Cabra—.

“La idea es hacer viajar al comensal pero con un toque informal”, cuenta Aranda poco antes de meterse a la cocina para elaborar los platos que va a ofrecer en el nuevo local, que inaugura el 15 de diciembre. Además de un espacio gastronómico —en la cava, donde dos cocineros preparan los platos en una mesa central frente a los comensales—, El Hortera cuenta con un reservado, una zona de picoteo informal, otra de pícnic y una inesperada sala privada de karaoke.

Aranda, que ha ideado gran parte de los platos de la carta con la intención de que sean compartidos, impregna de cuidado, buen gusto e innovación cada elaboración. Así desfilan variados gunkan (rollitos de sushi) de ensaladilla y ventresca de atún toro; un delicioso steak tartar con forma de hamburguesa o su bocadillo de calamares invertido, con el pan por dentro y los calamares por fuera. Sus propuestas son un juego para la vista y una delicia en boca. Fuera de carta, Aranda quiere ofrecer un par de platos especiales, como el pato laqueado, de los que habrá un número determinado de servicios: “Queremos que la gente venga y reserva no ya mesa sino el pato de El Hortera”, dice el chef.

En tres ideas...

• Lo mejor... La calidad y originalidad de Aranda en todas sus elaboraciones.
• Lo peor... Corre el riesgo de convertirse demasiado rápido en un it place capitalino y sea imposible pisarlo y disfrutarlo.
• Ideal para ir con... Horteras o con ese grupete de amigos ante los que fardar de estar a la última.