Cuatro nuevas estrellas en Madrid

El reparto de estrellas Michelin se parece a la concesión del Nobel. Como en el caso de los premios suecos, aquí hay eternos olvidados, decisiones incomprensibles, protestas airadas y teorías conspirativas varias. Pero con todo eso los agraciados saben que su vida ha cambiado, porque nadie, ni siquiera sus más enconadas detractores, pueden ignorarlos. Hay tanto dinero en juego como prestigio y esa cosa que llaman orgullo patrio.

En la próxima edición de la guía francesa, presentada el pasado jueves, España tiene un restaurante más de tres estrellas, el Lasarte, de Martín Berasategui. Es el primer local en Barcelona con la máxima calificación. Madrid tenía ya uno, DiverXO. De los cinco establecimientos nacionales que consiguen dos estrellas por primera vez, uno está en la capital: es el Dstage del chef vitoriano Diego Guerrero. Con él, ya son seis los locales madrileños que cuentan con dos galardones.

Las cocinas españolas que reciben su primera estrella son 15. Tres de los restaurantes que entran en este selecto club están en la Comunidad: uno en Collado Mediano, El Invernadero, de Diego de la Calle, un espacio con tan solo cuatro mesas especializado en alta cocina ecológica; los otros dos están en la capital, el recientemente abierto Gaytan, regido por el chef Javier Aranda, que ya consiguió una estrella Michelin en 2014 con su primer restaurante, La Cabra; y A'Barra, en El Viso, también recién abierto, y que llamó la atención por lo faraónico de la inversión, siete millones de euros, y por su apuesta por menús de precio más que sensato, dentro de los estándares de la cocina de lujo.