España libera a un etarra entregado por Francia pese a estar procesado

El exdirigente de ETA Aitor Elizaran Aguilar, jefe del aparato político de la banda terrorista cuando fue detenido por la policía francesa en octubre de 2009, quedó en libertad el pasado viernes, a pesar de que está procesado en la Audiencia Nacional por un delito de lesa humanidad. Elizaran, que estaba en la prisión de Fleury Merogis (París), fue llevado el viernes por las autoridades francesas al aeropuerto para embarcarlo en un avión que le trasladó hasta Madrid Barajas porque el etarra tiene una prohibición definitiva de residencia en territorio francés. La expulsión de Elizaran a España fue comunicada a la magistrada francesa de enlace con España, que a su vez lo comunicó a la fiscalía de la Audiencia Nacional.

Una vez en territorio español, Elizaran quedó en libertad porque no tiene ninguna requisitoria, a pesar de que el pasado octubre el juez Juan Pablo González le procesó por un delito de lesa humanidad junto a otros cuatro dirigentes de la banda terrorista: José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera; Garikoitz Aspiazu, Txeroki; Mikel Karrera, Ata, y Aitzol Iriondo Yarza. Elizaran disfruta de su libertad en San Sebastián. La cuenta de Twitter de la asociación juvenil Ernai, afín a la izquierda abertzale, publicó una foto del exdirigente etarra con una copa de vino tinto en la mano, junto a una pancarta en la que se le daba la bienvenida en el barrio donostiarra de Intxaurrondo.

Aitor Elizaran Aguilar, nacido en Biarritz hace 36 años, fue detenido por la policía francesa el 19 de octubre de 2009 en Carnac y condenado por los tribunales de París. Sucedió a Francisco Javier López Peña, Thierry, al frente del aparato político de ETA, que dirigió de mayo de 2008 al momento de su arresto junto a la etarra Oihana Sanvicente.

En esa etapa, la organización criminal cometió cinco atentados mortales: el brigada del Ejército Luis Conde de la Cruz en Santoña (Cantabria), el empresario Inaxio Uria (Gipuzkoa), el policía Eduardo Puelles en Bizkaia, y los guardias civiles Enrique Sáenz de Tejada y Diego Salvá en Calviá (Baleares).