Miserias del paraíso

Al corazón rural de Guinea-Bissau llega por televisión una imagen recurrente del edén europeo. Es multimillonario, juega en el Real Madrid y se llama Cristiano Ronaldo. En medio de la precariedad vital el símbolo puede ser acicate suficiente para dar el paso gigante de atreverse a cruzar África en busca de sustento, solo para llegar tras múltiples penalidades y reparar en que en el norte también hay pobreza y desesperanza. Con ese trasfondo, el fotógrafo Gabriel Tizón y la trabajadora social Rocío Botana idearon el proyecto fotográfico Causas Comúns, una iniciativa que se bifurca en dos paralelas. De un lado, mostrar en Bafatá, la segunda ciudad del país tropical del oeste de África, el reverso de las imágenes de futbolistas sonrientes. Del otro, enseñar en Galicia la realidad del país, antigua colonia portuguesa.

La estampa del futbolista rutilante como faro la percibió el artífice de la exposición en sus visitas a África. “La intención no era ir allí a decirles que no emigren, qué fácil sería para mí que vuelvo”, explica Tizón sobre la exposición Europa, realidad dun soño que se exhibió en Guinea-Bissau. Acompañando una galería de imágenes que mostraban, por ejemplo, la miseria de un poblado chabolista o el ambiente opresivo frente a la valla de Mellilla, se organizaron charlas explicativas. “Se emocionaban, a muchos les estabas rompiendo el sueño. Se preguntaban, ¿cómo que la gente duerme en la calle? Porque es que allí no pasa, en esa cooperación por la supervivencia en la que viven, todo se comparte”, repasa el fotógrafo que insiste en que el proyecto “no es aleccionador sino informativo”.

Tizón también reparó en que a muchos de los asistentes a la exposición les costaba entender el lenguaje fotográfico. “Descubrían el idioma de la imagen. Aquello es como era Galicia hace 90 años. Sí pueden haber visto alguna foto en un teléfono móvil, pero nunca impresa”.

Con el apoyo del Fondo Galego de Cooperación y el Ayuntamiento de Pontevedra el proyecto muestra ahora su segunda fase, África, soños e mentiras, que tras su paso por la Facultad de Bellas Artes se puede ver ahora en la Casa das Campás. “Fui fotografiando según fui viendo, al encuentro de las personas, de lo cotidiano. No había un encargo previa”, indica sobre esta segunda pata de la muestra, que también se ha presentado al público en Oleiros y previsiblemente recorrerá después Galicia.

Una de las preguntas que acostumbre oír el fotógrafo cuando regresa es si en África hay un concepto más acentuado de la vida en común. El interrogante parte de una premisa falsa, en su opinión. “Si uno no ha conocido otra cosa que la pobreza, la alegría surge en otros lados. Es probable que allí se comportasen como aquí, donde lo mucho o lo poco que teníamos nos lo están quitando”.