AI considera “un paso adelante” el informe sobre tortura del Gobierno

La ONG critica la audencia de avances contra estas prácticas en sucesivos Ejecutivos de España

24 feb 2015 - 20:14CET

Amnistía Internacional (AI) ha considerado "un paso adelante" el informe sobre la incidencia de la tortura que prepara el Gobierno vasco y ha opinado que en la lucha contra estas prácticas "no hay avances en ninguno de los sucesivos gobiernos" de España.

El coordinador de Amnistía Internacional en San Sebastián, Iñaki Hernando, ha hecho estas apreciaciones durante la presentación a los medios de comunicación de la mesa redonda que se celebrará este miércoles en el centro Koldo Mitxelena de San Sebastián sobre las salvaguardas efectivas contra la tortura.

En el coloquio, que se inscribe en la campaña bianual que comenzó Amnistía Internacional en junio de 2014 bajo el lema 30 años de promesas incumplidas, participará la responsable de política interior de esta organización, Virginia Alvarez, el presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Francisco Etxeberria, y un representante de la asociación Argituz.

Hernando ha señalado que el registro y la investigación sobre la tortura que elabora el Gobierno Vasco es un paso adelante en el camino hacia la "verdad", la "justicia" para quienes ejecutan estas prácticas y la "reparación para las víctimas".

Sobre el conjunto de España, Hernando ha señalado que la tortura "no es sistemática, pero sí generalizada". Ha insistido en que los "sucesivos" gobiernos "no investigan" y alegan que algunas "organizaciones" denuncian "de forma sistemática" la práctica de torturas.

"A ningún país le gusta oír que en su territorio se tortura, pero no se entiende que se pongan más medidas para tapar esta lacra que para que desaparezca", ha indicado Hernando, quien ha reclamado a los gobiernos una "labor proactiva" en este asunto.

Para erradicar estas prácticas Amnistía Internacional propone en primer lugar "tipificar correctamente" la tortura en el Código Penal y reformar la Ley de Justicia Universal para que los torturadores sean perseguidos. Además recomienda eliminar la incomunicación de los arrestados o colocar cámaras en los centros de detención, así como rechazar las peticiones de extradición de países donde se tortura.

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