“Ayuda a una persona en primera línea de la lucha antiterrorista”
Mario Fernández niega en un comunicado que mantuviera relación de amistad con Mikel Cabieces y ve un intento por desprestigiarle

¿Qué harían cada uno de ustedes si se les pidiese ayuda para una persona que ha estado en la primera línea de la lucha antiterrorista? Supongo que lo mismo que hice yo, y que han hecho antes de mi muchas personas y muchas empresas e instituciones en situaciones parecidas a la mía. Y lo hicieron respetando la ley y una “ley no escrita” que ha funcionado con todos los gobiernos y todos los partidos durante los últimos 30 años.
Este fue por ejemplo el caso de Paulino Luesma y de Enrique Villar que tras ser ambos Delegados del Gobierno en Euskadi, estuvieron en la Embajada de España en Lisboa. También Juan Mari Jáuregui, exgobernador civil de Gipuzkoa, que, tras su paso por ese puesto, comenzó a trabajar en Aldeasa, empresa vinculada a AENA.
Podría citar más casos pero no lo hago, porque comparto la decisión y el criterio y no quiero que sufran la injusticia que yo estoy viviendo.
¿Y qué habrían hecho si bajo pretexto de eliminar un posible problema a Kutxabank les piden que abonen un dinero para compensar un supuesto perjuicio?
El expresidente de Kutxabank confirma que pagó la cantidad denunciada
Pues lo pondrían, si como en mi caso disponen del dinero, tras toda una vida de trabajo, para que el banco que ha sido respetado y reconocido por propios y ajenos y del que, algunos, nos hemos sentido orgullosos, no sufra el menor perjuicio alguno.
¿Qué pensarían si posteriormente lo utilizan como supuesta prueba en su contra?
Considero que algunos han olvidado los principios de rectitud y compromiso en algún trayecto de su vida.
En este contexto personal, entre la indignación más profunda y con el deseo de aclarar los hechos de forma rápida y contundente, he acudido esta mañana a la Fiscalía.
El resumen de la exposición que he hecho ha sido la siguiente:
1.- A principios de 2012 un líder del PP (partido que entraba en el Gobierno) en Euskadi, me llamó para informarme, de hecho ya lo conocía por notorio, que venía siendo práctica habitual –a modo de “política de Estado” respetada por todos los Gobiernos- que las personas vinculadas a Interior y lucha antiterrorista, como el caso del Delegado del Gobierno en Euskadi, se les posibilitara alguna salida laboral.
2.- En concreto solicitó la colaboración de Kutxabank para buscarle un puesto de trabajo. Estamos por tanto hablando de una petición derivada de una política de Estado en relación con el terrorismo, solicitada por las personas más implicadas en la lucha antiterrorista de los principales partidos políticos este país.
3.- Desde el primer momento tuve claro que, ante la dificultad por parte de la Administración del Estado de proponer al exDelegado una salida similar a la que se ofreció a sus antecesores, era justo que colaboráramos en la búsqueda de una solución licita y sin perjuicio para Kutxabank. Había un interés legítimo y una larga tradición; era hacer el favor de encontrar un trabajo. Nunca tuve conocimiento de las relaciones laborales entre Rafael Alcorta y Mikel Cabieces.
4.- Trasladada la solicitud al responsable de RRHH de Kutxabank, me propuso contactar con un despacho de abogados con el que ya teníamos un acuerdo de iguala. Tras las gestiones pertinentes se me informó de un acuerdo al que di mi conformidad.
5.- Tres años más tarde, en octubre/noviembre de 2014, el subdirector general de Recursos Humanos, con el apoyo del Director General Corporativo de Negocio, de quien dependía, me indicó que procedía liquidar definitivamente el acuerdo, propuesta que acepté y, supongo, se ejecutó.
6.- El 12 de enero de 2015, acudí por expreso deseo del nuevo presidente de Kutxabank a una reunión con el director general de CECA, dado mi mayor conocimiento de la asociación. Al término de la misma el Presidente me comentó que había sido informado del acuerdo antes mencionado, y que podría dar lugar a que se pensara que Kutxabank habría podido sufrir un perjuicio. Le respondí al instante que Kutxabank había sido “mi obra” que no existía irregularidad alguna y me indicase el importe exacto para abonarlo porque Kutxabank y su gente (trabajadores y clientes) representaban para mi algo muy especial. Tras esta respuesta mía, él me respondió que así quedaría cerrado el tema. Por la tarde, se me comunicó la cifra exacta y a la mañana siguiente, por los motivos citados, hice el abono de esa cantidad. Por supuesto nada me indicó de que ya había una actuación de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento e incluso del Consejo de Administración, según he conocido por los medios de comunicación.
7.- Nadie de Kutxabank volvió a tener contacto conmigo. Menos aún su presidente. A la vista de los hechos, hay motivos para pensar que lo que pretendía no era arreglar nada, sino todo lo contrario, aunque, de paso, se causara un daño reputacional evidente a Kutxabank.
8.- Respecto a mi relación con Mikel Cabieces, no he tenido otra que la meramente institucional como Delegado del Gobierno en Euskadi, la relacionada con la Obra Social de BBK, como alcalde de Portugalete y, como miembro, más tarde, del Consejo de Administración de BBK, la habitual entre el presidente y el resto de consejeros.
9.- No tendría inconveniente en reconocerme como “grandes amigos” -así se ha dicho- pero solo hace unos pocos días, los que está durando este injustificado ataque.
10.- Después de todo lo dicho quiero destacar dos reflexiones:
a) la primera es que considero que hay una voluntad explícita de atentar contra mi honor. En cuanto concluyan estas diligencias, ejercitaré las acciones correspondientes.
b) La segunda es que, una vez más, quiero dejar constancia de que mi conducta en los casi seis años que he desempeñado el cargo de presidente de BBK, primero, y de Kutxabank después, ha sido totalmente honesta y siempre han prevalecido los intereses de Kutxabank sobre cualesquiera otros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Al menos dos muertos y ocho heridos en un tiroteo en la universidad de Brown, en Estados Unidos
‘Los domingos’, en cine, y ‘Anatomía de un instante’, en serie, ganan en los premios Forqué 2025
Hamás acusa a Israel de “socavar el alto el fuego” en Gaza al atacar al número dos de su brazo armado
Pedri dirige y Raphinha ejecuta en el Barça de Flick
Lo más visto
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- El jefe de la misión de rescate de María Corina Machado: “Fue una de las operaciones de mayor riesgo en las que he participado”
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- Rusia eleva la presión sobre la UE con una demanda para evitar que financie a Ucrania con sus activos congelados
- Los 50 mejores libros de 2025




























































