Café Central, suma y sigue

En el sombrío panorama cultural madrileño, el anunciado cierre del Café Central tras el final de la prórroga de la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994 el próximo 1 de enero, y que significa un enorme aumento del alquiler del local, ocupa un lugar de preferencia.

Un cierre que, es posible que no sea tan inminente. Según ha podido saber este periódico, el templo del jazz de la plaza del Ángel va a seguir abierto “hasta que aguante”, según decisión unánime de los socios del local. “Después de 33 años, no vamos a pegarnos un tiro”, confirma Nanye Blázquez, socio fundador del local. “Que nos mate el IVA, el casero o el juez, pero de tirar la toalla, nada”. Por lo pronto, los responsables del local andan ya dándole vueltas a la programación del mes de enero: “el Café Central son 35 trabajadores que se irían al paro, sin contar a los músicos”. Hablar de futuro en estos momentos resulta una utopía: “imposible saber lo que puede pasar a partir de enero, ni cuánto tiempo vamos a poder aguantar”, apunta Gerardo Pérez sentado a “su” mesa en el café que él ayudó a fundar.

Descartadas las distintas soluciones alternativas que se han venido manejando, el Central suma y sigue