Louzán proclama su “indignación” y “vergüenza” ante la corrupción

"Ayer fue un día triste para toda la sociedad y para quienes tenemos responsabilidades en la vida pública”, ha señalado hoy el presidente de la Diputación y el Partido Popular de Pontevedra, Rafael Louzán, en referencia a las más de 50 detenciones en el marco de la operación ‘Púnica’ contra la corrupción. El afligido líder provincial del PP, investigado por partida doble por la fiscalía –por soborno y prevaricación, respectivamente- declaró que comparte la “indignación y vergüenza” de la ciudadanía y abogó por potenciar la transparencia de las instituciones.

Tras presentar el restaurante que albergará el más reciente edificio del Museo de Pontevedra, Louzán declaró a los medios que confía, respecto a la trama que supuestamente adjudicó 250 millones de euros en contratos irregulares a cambio de mordidas, liderada según los investigadores por el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid Francisco Granados, en que “todo se aclare de forma rápida y que no se vuelvan a repetir situaciones semejantes nunca más”. Louzán refirió que este tipo de casos crean “desafección y dudas” en la sociedad y entre los políticos honrados frente a aquellos “equivocados” que entienden “la política como profesión”.

Para atajar tales incertezas, el presidente provincial abogó por “potenciar la labor de fiscalización y control de los funcionarios, ser más rigurosos en la aplicación de las normas y lograr la plena transparencia en las instituciones públicas”. Pese a su manifestado pudor cívico, Louzán se ha caracterizado como presidente de la Diputación por la comprensión con los alcaldes populares de la provincia que han ido tropezando con el derecho penal. Del último, Roberto Vázquez, de Portas –fuera del PP únicamente cuando se plegó a admitir, para salvarse de la cárcel, que había defraudado al fisco y falseado documentos- dijo tras causar baja en el partido que solo debería dimitir según “su propia conciencia”. No lo hizo.