Libros en los barrios y estreno del paseo de Sant Joan

No todos los libros se venden en las casetas de Rambla de Catalunya, el Paseo de Gràcia y el centro de Barcelona. Cada año, las librerías —muchas de ellas papelerías— de los ejes comerciales en los barrios se suman a la fiesta y sacan sus mesas a la calle: Gràcia, Sants, Sant Andreu... No faltan libros —suelen estar los ya situados como favoritos — pero sobre todo hay cientos de rosas. La principal novedad de este año ha sido la incorporación del paseo de Sant Joan en el tramo reformado: entre el Arc de Triomf y plaza de Tetuan. La editorial Norma —que lleva años sacando el tenderete a la acera— ya no estaba sola en el paseo.

El eje de comerciantes de Fort Pienc tomó la iniciativa de colocar casetas alineadas en el lado Llobregat. Y el resultado fue un paseo mucho más animado que en otras jornadas, con niños de parvulitos en clase de dibujo en los parterres; la escuela China de Barcelona haciendo recortables e informando de las clases que imparten; un concurrido tenderete de una librería papelería —Ibérica— del paseo; otra caseta de la Acadmia de Bellas Artes, otra especializada en libros de futbol, una más —de una jugueteria— con cuentos y libros infantiles y bastantes puestos de rosas y de abalorios de con la rosa como protagonista. Hasta una parada de juegos Ninja. Apenas había firmas de autores, salvo en la editorial Norma en la que además de la dedicatoria en el libro —o el cómic— salías con un dibujo a lápiz de los personajes hecho en un santiamén. “Esto está mucho más animado que otros años y vendemnos más”, se felicitaba el dueño de una juguetería.

En la ronda de Sant Antoni, la Moritz se sumó también a Sant Jordi y durante todo el día hubo firmas de libros. El señuelo estaba claro: una cerveza si comprabas un libro.