Afectados por la catástrofe del ‘Prestige’ sufrieron pérdidas del 25%

Durante el juicio sobre la catástrofe del Prestige varios testigos han confirmado la existencia de "un descenso" en las ventas en la comercialización de marisco tras la catástrofe marítima del Prestige, que han atribuido, sobre todo, al "miedo" que suscitó una posible contaminación entre su clientela. Así, uno de ellos ha comparado los efectos del siniestro en el consumo con el que tuvo en su día el de las "vacas locas".

El gerente de Industrial Depuradora de Moluscos (Indemosa) cuando se produjo el siniestro, Carlos González, ha cifrado en un "25 por ciento" las pérdidas de su empresa, con sede en O Grove, en el último trimestre de 2002 frente a unas ventas "superiores al 40% en los primeros trimestres", ha asegurado. Además, ha señalado que esta situación afectó a otras depuradoras de la zona. "Pérdidas de venta hubo en todas", ha apostillado este testigo, quien ha apuntado que a Indemosa llegó fuel, aunque no "en cantidades importantes", pero que sí tuvieron que limpiar los depósitos "casi todos los días".

En los mismos términos, se ha pronunciado el exencargado de la depuradora que explicó que hubo falta de suministro "porque los mejilloneros se fueron a recoger chapapote", ha explicado a preguntas del Fondo Internacional para la Compensación de Daños por Hidrocarburos (Fidac), que ha atribuido las pérdidas en el sector a los efectos de las mareas rojas. Mientras, el secretario de la Cofradía de Muros, José Antonio Rama, ha confirmado también un "descenso" en las ventas, que ha atribuido a la paralización de la actividad hasta marzo de 2003 "y porque llegaba alguna galleta de fuel y había incertidumbre en el mercado", ha apuntado.

También otra trabajadora de una depuradora, Isabel Mosteiro, ha atribuido el descenso en las ventas al "miedo de los clientes", ha señalado en referencia al temor a una posible contaminación del molusco. Lo mismo ha hecho otra testigo que ha explicado que hubo "clientes" que tenían "desde hace más de 20 años" que importaron mejillón de Chile en lugar de adquirir sus productos.

El juicio del 'Prestige' comenzó el pasado 16 de octubre y el principal acusado en este proceso es el capitán del barco, el griego Apostolos Mangouras, para el que se piden 12 años de prisión por atentado contra el medio ambiente, daños y desobediencia. Los mismos delitos se les imputan a otros dos miembros de la tripulación, Ireneo Maloto, primer oficial, de nacionalidad filipina y que actualmente se encuentra en paradero desconocido, y Nikolaos Argyropoulos, jefe de máquinas.

En el banquillo de los acusados también se sienta José Luis López-Sors, ex director general de la Marina Mercante cuando Francisco Álvarez-Cascos dirigía el Ministerio de Fomento, que está acusado de imprudencia grave por el rumbo errático que siguió la nave durante seis días y que extendió el vertido de fuel desde Galicia hasta las costas francesas. Asimismo, están imputados como responsables civiles directos la aseguradora The London Steam-Ship Owners Mutual Insurance Association Limited y el Fondo Internacional de Indemnización de Daños debido a la contaminación por hidrocarburos, y como responsables civiles subsidiarios, las navieras Mare Shipping Inc y Universe Maritime Ltd, y el Estado español