Lavado de antigrafitos

Quince jóvenes y unos cuantos botes de pintura son los encargados de dar un cambio de imagen a los barrios de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera de Barcelona. Para ellos, es su primer trabajo. Para el vecindario, un lavado de cara necesario. El objetivo es pintar las persianas de los comercios del barrio que tienen grafitos y dejarlas de un impoluto color gris.

Los chicos, de entre 17 y 25 años, participan en el proyecto Color a las Persianas, una iniciativa de la Fundación Comtal —que trabaja en la inserción sociolaboral de colectivos en riesgo de exclusión social— y el Ayuntamiento de Barcelona para limpiar y pintar un centenar de persianas de Ciutat Vella.

“Es una oportunidad para entrar en el mundo laboral y con el dinero que gano puedo ayudar un poco a mis padres”, explica Mohamed el Mahdaoui, de 19 años. Por 330 euros mensuales, los jóvenes dedican sus fines de semana a sanear las planchas metálicas manchadas con pintadas y polvo.

“A los comerciantes les sale gratis, lo único que se les exige es que las mantengan limpias”, apunta Jorge Lista, encargado de la formación de los chavales. En el proceso de limpieza, los jóvenes utilizan una pintura específica antigrafitos y resistente a la lluvia, que facilita el mantenimiento de las persianas. “Es mejor verlas todas del mismo color que con dibujos mal hechos que dan mala imagen a la calle”, comenta Zuhir Mohammad, de 17 años.

Para el senegalés Amadou Diallo, la iniciativa supone una oportunidad laboral única: “Esto me ayuda mucho porque todo está muy mal. He visto como dejaba el currículo en una empresa, me daba la vuelta y simplemente lo rompían”.

La educadora que los acompaña, Rosa Castelló, destaca el interés y el apoyo mostrado por los vecinos: “Para ellos es su primera alta en la Seguridad Social y una ocasión de demostrar que tienen ganas de trabajar”.

Los jóvenes esperan pintar unas 15 persianas en el barrio cada fin de semana de lo que queda de año.