Los partidos vaticinan que no votará ni el 8% de la emigración

La reforma electoral aprobada en el Congreso a principios del pasado año con el establecimiento del voto rogado supondrá una “caída abrupta” del voto emigrante, vaticinan tanto el Partido Popular como el PSOE que sin embargo siguen trabajando en el exterior para concienciar a los residentes ausentes sobre la “importancia” de ejercer este derecho. El BNG, muy crítico con lo que considera “un mercadeo de votos”, opta por mantenerse al margen y confía en que el sufragio emigrante —que en 2009 otorgó un escaño al PSOE en detrimento del PP— “no sea determinante”.

En declaraciones a Europa Press, tanto el secretario general de Emigración de la Xunta, Santiago Camba, militante del PP, como la diputada socialista Marisol Soneira alertaron de los efectos “negativos” que provocará el voto rogado en los próximos comicios, en los que están llamados a votar 397.284 residentes en el exterior. Populares y socialistas gallegos son partidarios de cambiar la norma y eliminar la necesidad de rogar el voto, tras constatar que la participación en estas autonómicas no superará el 8%. Los cálculos parten de una extrapolación sobre los resultados de las últimas elecciones generales donde los sufragios del exterior ya ceyeron drásticamente.

Las dos previsiones quedan lejos de las cifras registradas en los anteriores comicios gallegos de 2009, cuando la emigración emitió casi 100.000 votos válidos, con una participación del 30% de los emigrantes con derecho a voto. La dirigente nacionalista censuró que mientras socialistas y nacionalistas tratan de captar esos votos, otros gallegos que residen fuera de la comunidad temporalmente no puedan ejercerlo.